Acomodar carpetas en el permanente caos de mi computadora siempre trae consigo sus sorpresas. Una de ellas me acaba de alegrar. Hace diez años más o menos trabajé una serie de retratos de los argentinos que más admiro. Mi idea de aquel momento era diseñar una pegatina o sticker (así le llaman ahora, creo) para adherirla en no sé dónde. A esa lista no podría quitarle, hoy, ningún personaje, pero sí añadirle varios, como a José Pedroni y Alejandro Dolina en la literatura, Jorge Cafrune en la música y Osvaldo Bayer en la historia. Sin embargo, así dejo la imagen por ahora, tal y como la diseñé hace una década. Nomás digo brevemente quiénes son y por qué siguen estando en mi dream team gaucho.
1. Atahualpa Yupanqui. El más grande compositor de letras en el
folclor argentino y tal vez latinoamericano. Para mí es una especie de padre,
un tótem al que oigo con veneración.
2. El Che. Mi primer ídolo político juvenil, el hombre que
encarna para mí la totalidad a la que puede aspirar un ser humano.
3. Diego Maradona. El cabrón que ha jugado mejor que nadie, a
mi juicio, lo que ya sabemos. Veo las repeticiones de sus jugadas una y otra vez
y el asombro me resulta asombrosamente inagotable.
4. Roberto Fontanarrosa. Creí durante muchos años que era sólo
Boogie el Aceitoso. Luego supe que era muchos otros personajes diseminados en
historietas, cuentos y novelas. El tipo más divertido e inteligente, en esa perfecta
combinación, que he escuchado en mi vida.
5. Mercedes Sosa. La voz que a un tiempo representa, para mí,
el dolor y la esperanza de nuestros lastimados pueblos. Un amor, la Negra.
6. Jorge Luis Borges. El mejor escritor que he leído y leeré en
mi corta vida.
7. Julio Cortázar. Mi primer contacto con la literatura
argentina. Sus cuentos fueron el detonante de mis aventuras
narrativas iniciales. A su obra le deberé siempre ese estímulo inaugural.
8. Rodolfo Wash. Otro redondo, un hombre de acción y de
pensamiento, ejemplo por donde quiera que lo miremos.
9. Roberto Arlt. Una especie de síntesis de lo que es Buenos
Aires: soledad, nostalgia, espanto, ternura, fiereza, creatividad, malicia,
todo en un solo paquete.
10 Adriana Varela. El tango fue otro cuando oí su voz
áspera y pausada. La Gata hizo que por fin yo diera con el intérprete ideal de
un género que escucho atento desde la adolescencia.