Los
grandes foros son muy importantes para la manifestación política de quienes no
se mueven habitualmente en el periodismo ni en la militancia. El primero que
viene a mi mente es acaso el más recordado: aquél en el que los norteamericanos
Tommie Smith (oro) y John Carlos (bronce) subieron al podio de ganadores y
mientras sonaba el himno de EU levantaron sus manos enfundadas en sendos
guantes negros. Ambos asistieron a la ceremonia, además, sin calzado, sólo con
calcetines. El gesto de los guantes representaba la lucha de la comunidad
afronorteamericana frente al racismo y, en el caso de los pies descalzos, el
símbolo de la pobreza en la que vivía la misma comunidad. Pese a que no hubo
palabras sobre el escenario, aquello fue, por supuesto, un escándalo. El Comité
Olímpico expulsó para siempre a los atletas y cuando regresaron a su país ambos
recibieron trato de apestados, no consiguieron trabajo y fueron incluso
perseguidos por los grupos racistas más radicales.
Como
Smith y Carlos, con palabras o con gestos simbólicos, muchos atletas, artistas
y ciudadanos sin notoriedad han aprovechado espacios adecuados para hacer
visible tal o cual realidad con implicaciones políticas. No todos tienen el
beneplácito general del respetable público, como pasó en aquella Cumbre de 2006
en la que una reina de belleza argentina, Evangelina Carrozo, interrumpió la
foto oficial de mandatarios con un cartel de protesta ambientalista. Lo
peculiar fue que la chica subió al foro enfundada en un bikini relativamente
breve y tan bien instalado sobre su cuerpo que dejó ver al mundo una protesta
de curvas escultóricas.
El
domingo pasado se oyeron y leyeron en todo México las palabras de Alejandro
González Iñárritu durante la noche de su Óscar: “Ruego para que podamos
encontrar y construir el gobierno que merecemos”. Más allá de que “encontrar”
es producto del azar y “construir”, de la voluntad —de manera que parecen
términos contradictorios—, y más allá de que nos guste o no su trabajo, se
agradece que el cineasta no haya pasado de largo la oportunidad para intentar
una crítica de lo que ocurre en nuestro país.
En
lugar, pues, de chaquetear con espots para partidos rémora, o de quedarse
callado, dijo unas palabras allí donde resuenan, y eso ya es ganancia en un
mundillo (la farándula o “ambiente artístico”) donde los personajes sólo suelen
cantar, actuar, dirigir y producir en burbujas de privilegio y millonarias
ganancias.