Ángel Cappa (Bahía Blanca, 1946) es un personaje atípico del futbol. Además de haber jugado (toda su carrera en el Olimpo de Bahía Blanca), ha trabajado como entrenador en España, Perú, Sudáfrica, Uruguay, México y, por supuesto, Argentina. Debido a sus ideas políticas se exilió en España durante el periodo dictatorial de su país (1976-1983), donde en el Barcelona comenzó su trabajo como entrenador al lado de César Luis Menotti.
En
1979, poco después del Mundial, Holanda y Argentina jugaron un amistoso en
Suiza para conmemorar el 75 aniversario de la FIFA. En el estadio, muy cerca de una de las
porterías, es decir, en los asientos más cercanos a la valla de contención, un
grupo de exiliados logró colocar una gran pancarta con la leyenda, en
mayúsculas, “Videla asesino”. Este mensaje en cadena internacional fue visto
también en el lugar adecuado: en toda la Argentina, lo que movilizó a las
autoridades de la dictadura a interrumpir la señal cada vez que el balón era
jugado en esa zona del campo. En el segundo tiempo, y hay video para confirmarlo, apareció otra pancarta: “Militares son miseria y represión”. Entre
los jóvenes que lograron colar el mensaje estaba Ángel Cappa, hombre de futbol,
en efecto, pero al mismo tiempo de convicciones definidas y sólido discurso
político. Por eso el adjetivo inicial (“atípico”) para tratar de decir que
junto a su pasión por el futbol ha estado siempre su pasión por reflexionar en
asuntos que por lo general quedan muy lejos del habitus futbolístico.
La
atipicidad de Cappa también se nota en su manejo de la escritura. El libro ¿Y el fútbol dónde está? (Ficticia,
México, 2004; hay edición peruana del mismo año, con el sello de Peisa)
evidencia lo que aseguro. Prologado por Menotti, el libro reúne artículos y
entrevistas de Cappa, un material que por misceláneo aborda, ilumina, numerosos
rincones del quehacer futbolístico. Dado que el futbol es hoy más que un juego,
Cappa examina a detalle y con certera angulación puntos relacionados con su
práctica y su manejo dentro y fuera de las canchas.
Este
libro, por ello, es útil para todos. Para el jugador de cualquier nivel, para
el entrenador de cualquier liga, para el directivo, el periodista, el
aficionado, incluso para el enemigo del futbol, pues la pasión de Cappa no lo ciega para identificar las
malformaciones que el futbol profesional ha ido adquiriendo con el paso del
tiempo, como el llamado “resultadismo” o el futbol orientado por la ira y no
por el disfrute.
Digo
que le sirve al jugador, y pongo como ejemplo esta afirmación del artículo “La
clave es elegir bien”: “Elegir bien es jugar bien (…) Lo peor, ya sabemos, es
la duda, pero elegir mal hace que el jugador juegue mal y el equipo también. Un
jugador con talento es, en principio, un jugador que elige bien, para eso hay
que entender el juego, dominar los conceptos básicos (insisto). Y además de la
rapidez para ver la jugada, la precisión para hacer lo que se debe”. O ésta del
artículo “¿El resultado nada más?”: “El fútbol es arte cuando dos tiran una
pared para que seis no los vean ni pasar, cuando uno decide montarse en una
gambeta para pasearse por toda la cancha y sacudir las redes y el corazón de la
gente. El fútbol es inexplicable cuando es gol”. O ésta más donde nos trae unas
palabras de Di Stéfano, ídolo recién ido: “Una vez Di Stéfano le respondió a un
periodista sobre este tema [saber quién había sido el mejor jugador del siglo
XX]: ‘No sé si fui el mejor, porque eso nadie puede saberlo’, dijo, ‘lo que sé
es que estoy entre los mejores’. Y me parece la respuesta más sensata a toda esta
fiebre mercantil que inventa este tipo de competencias”.
Tema
siempre abierto a la polémica, tema siempre atravesado por pareceres
viscerales, tema siempre acuchillado por turbiedades de toda laya, el futbol en
la cabeza de Ángel Cappa alcanza mesura, equilibrio y profundidad, la
profundidad de quien quiere y puede verlo con ojos humanos. Nomás por eso hay
que buscar y leer, ahora mismo si es posible, ¿Y el fútbol, dónde está?