Ya en otro momento comenté el valor del libro colectivo La disputa por la construcción política en América Latina (FCE-Ciesas, 2006). Podemos resumir su eje temático, o uno de sus ejes más visibles, en estos cuatro renglones: “Se trata de una crítica del modelo teórico que separa radicalmente a la sociedad civil de la sociedad política, construyendo una dicotomía simbólica entre una sociedad civil homogénea y virtuosa y un Estado igualmente homogéneo, que encarna todos los vicios de la política concebida como mera lucha por el poder”.
En efecto, la opinión pública tiende a considerar, con el refuerzo obsesivo de los medios también autosupuestos impolutos, que todo deseado y hecho por la sociedad civil es necesariamente benéfico y todo lo que sale del gobierno se caracteriza por su turbiedad. El libro mencionado ayuda a examinar críticamente tal maniqueísmo, a reflexionar sobre el simplismo de categorizaciones que poco ayudan a profundizar en la apretada y barroca y contradictoria trama creada por los intereses de cualquier sociedad en movimiento.
Es verdad pues que tendemos a pensar en las iniciativas ciudadanas como emergidas de la pureza. No siempre es así, pero es incuestionable que son necesarias como contrapeso del poder y, en ciertos casos, como lubricante de acciones postergadas o soslayadas por la autoridad. Un caso notable y cercano de iniciativa ciudadana útil, legítima y generada en un contexto que mucho la demanda es el de la agrupación Unidos por Gómez Palacio que cumple quince años de funcionamiento y hoy tendrá una segunda reunión con Jorge Herrera Caldera, ahora en su calidad de gobernador de Durango, no de candidato.
Tengo la certeza de que son nobles las aspiraciones de este grupo, de que más allá de las diferencias políticas que tiene cada uno de sus integrantes, lo más relevante para ellos es buscar beneficios en el entorno de una ciudad que exige la participación ciudadana como complemento de la acción gubernamental en unos casos y, en otros, como fuerza moral que señale algunos de los demasiados errores cometidos por la autoridad en este municipio ahora mismo flagelado por un saqueo que devino quiebra.
La organización Unidos por Gómez Palacio fue constituida en octubre de 1995, y su objetivo primordial, desde el principio, fue luchar por Gómez Palacio, impulsar demandas sociales en todos los ámbitos de la vida comunitaria y sobre todo promover iniciativas para la creación y fortalecimiento de las instituciones y programas de arte y cultura y apoyar la consolidación del Instituto 18 de Marzo en el proyecto integral de universidad pública.
Entre sus logros más salientes están la restauración de los murales del antiguo edificio del Instituto 18 de Marzo; el rescate de la finca histórica que fue lugar de reunión de los revolucionarios de 1910, sitio que ahora es el Recinto de la Revolución; la creación de la marcha en honor de los precursores de la Revolución en Gómez Palacio y el otorgamiento de las preseas Santiago Lavín Cuadra para reconocer los méritos de gomezpalatinos distinguidos.
En junio de este año, los integrantes de Unidos por Gómez Palacio hicieron una serie de propuestas a los candidatos a la gubernatura del estado. Entre otras, crear el archivo municipal para rescatar la memoria histórica oficial con un recinto digno, apropiado y funcional; establecer un museo de sitio en la esquina de la Morelos y Patoni, donde estuvo la presidencia municipal y la cárcel, lugar que fue tomado en la madrugada del 20 de noviembre de 1910, en el inicio exacto de la contienda bélica; exigir que el Festival Cultural Revueltas sea de carácter verdaderamente estatal, no sólo capitalino; demandar que se dé mantenimiento a la Casa de la Cultura y a los teatros Alberto M. Alvarado y Dolores del Río. Son más, claro, las propuestas, todas con la mirada fija en el bien de Gómez Palacio. Felicidades a Unidos. Ojalá que sus demandas sean oídas pues el hoy desgarrado Gómez clama por progreso.
Moscoso y el teatro en la Revolución
Gerardo Moscoso disertará hoy a las seis de la tarde sobre “El teatro y la Revolución”; la sede será el Teatro Salvador Novo, en la antigua estación del ferrocarril en Torreón. Organizan la Dirección Municipal de Cultura y el Icocult. La entrada es libre.
En efecto, la opinión pública tiende a considerar, con el refuerzo obsesivo de los medios también autosupuestos impolutos, que todo deseado y hecho por la sociedad civil es necesariamente benéfico y todo lo que sale del gobierno se caracteriza por su turbiedad. El libro mencionado ayuda a examinar críticamente tal maniqueísmo, a reflexionar sobre el simplismo de categorizaciones que poco ayudan a profundizar en la apretada y barroca y contradictoria trama creada por los intereses de cualquier sociedad en movimiento.
Es verdad pues que tendemos a pensar en las iniciativas ciudadanas como emergidas de la pureza. No siempre es así, pero es incuestionable que son necesarias como contrapeso del poder y, en ciertos casos, como lubricante de acciones postergadas o soslayadas por la autoridad. Un caso notable y cercano de iniciativa ciudadana útil, legítima y generada en un contexto que mucho la demanda es el de la agrupación Unidos por Gómez Palacio que cumple quince años de funcionamiento y hoy tendrá una segunda reunión con Jorge Herrera Caldera, ahora en su calidad de gobernador de Durango, no de candidato.
Tengo la certeza de que son nobles las aspiraciones de este grupo, de que más allá de las diferencias políticas que tiene cada uno de sus integrantes, lo más relevante para ellos es buscar beneficios en el entorno de una ciudad que exige la participación ciudadana como complemento de la acción gubernamental en unos casos y, en otros, como fuerza moral que señale algunos de los demasiados errores cometidos por la autoridad en este municipio ahora mismo flagelado por un saqueo que devino quiebra.
La organización Unidos por Gómez Palacio fue constituida en octubre de 1995, y su objetivo primordial, desde el principio, fue luchar por Gómez Palacio, impulsar demandas sociales en todos los ámbitos de la vida comunitaria y sobre todo promover iniciativas para la creación y fortalecimiento de las instituciones y programas de arte y cultura y apoyar la consolidación del Instituto 18 de Marzo en el proyecto integral de universidad pública.
Entre sus logros más salientes están la restauración de los murales del antiguo edificio del Instituto 18 de Marzo; el rescate de la finca histórica que fue lugar de reunión de los revolucionarios de 1910, sitio que ahora es el Recinto de la Revolución; la creación de la marcha en honor de los precursores de la Revolución en Gómez Palacio y el otorgamiento de las preseas Santiago Lavín Cuadra para reconocer los méritos de gomezpalatinos distinguidos.
En junio de este año, los integrantes de Unidos por Gómez Palacio hicieron una serie de propuestas a los candidatos a la gubernatura del estado. Entre otras, crear el archivo municipal para rescatar la memoria histórica oficial con un recinto digno, apropiado y funcional; establecer un museo de sitio en la esquina de la Morelos y Patoni, donde estuvo la presidencia municipal y la cárcel, lugar que fue tomado en la madrugada del 20 de noviembre de 1910, en el inicio exacto de la contienda bélica; exigir que el Festival Cultural Revueltas sea de carácter verdaderamente estatal, no sólo capitalino; demandar que se dé mantenimiento a la Casa de la Cultura y a los teatros Alberto M. Alvarado y Dolores del Río. Son más, claro, las propuestas, todas con la mirada fija en el bien de Gómez Palacio. Felicidades a Unidos. Ojalá que sus demandas sean oídas pues el hoy desgarrado Gómez clama por progreso.
Moscoso y el teatro en la Revolución
Gerardo Moscoso disertará hoy a las seis de la tarde sobre “El teatro y la Revolución”; la sede será el Teatro Salvador Novo, en la antigua estación del ferrocarril en Torreón. Organizan la Dirección Municipal de Cultura y el Icocult. La entrada es libre.