Va el texto publicado por Paco Valdés hoy en La Opinión:
Primera Marcha
Francisco Valdés Perezgasga
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El pasado 24 de junio, día de San Juan, más de mil laguneros marchamos de Torreón a Gómez Palacio y de regreso para mostrar por vez primera nuestra decisión por hacernos cargo de nuestro futuro.
Marchamos porque las laguneras y los laguneros tenemos un grave problema de agua. Por cada litro de agua que se filtra al acuífero, se extraen más de dos. Cambie el agua por pesos e imagine el acuífero por una alcancía de marranito y verá que las cuentas no salen. Si el marranito estaba pleno de monedas, llegará el día en que quede vacío. La ruina hacia la que nos dirigimos es cierta y total. Sin agua, nuestra comunidad de desierto que tanto nos enorgullece, perecerá. Toda. Sin agua no hay agricultura, ni ganadería, ni industria, ni comercio, ni servicios. Sin agua no hay vida y nos la estamos acabando.
¿O será que ya nos la hemos acabado? Si atendemos a la pobre calidad del agua que bebemos, la respuesta es deprimentemente positiva: Casi ya no nos queda agua para consumo humano. Decía el Dr. Marcos Adrián Ortega de la UNAM, uno de los geólogos que más han estudiado el origen del arsénico en el acuífero lagunero: "En 1990 ustedes tenían una burbuja de agua potable rodeada de un mar de arsénico. Hoy, la burbuja está reducida a unos pequeños lunares que están desapareciendo con celeridad".
¿Porqué hemos llegado a esta situación de alarma donde el promedio del contenido de arsénico en los pozos de Torreón es de 20 microgramos por litro, el doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud? ¿Cómo es que habitantes de colonias como Senderos, están recibiendo agua con más de nueve veces lo recomendado por la OMS? Todo apunta a que es la sobre-explotación del acuífero la que está provocando la creciente presencia del veneno. Concurren en esta apreciación la CNA, la UNAM, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua y universidades internacionales como la Universidad Leibniz de Hannover, Alemania.
¿Quien está sobreexplotando el acuífero de esta manera, provocando una crisis de salud pública sin par en nuestro país? La agricultura. De cada diez litros que se extraen del acuífero, nueve se usan en esta actividad. De cada diez litros que la agricultura extrae, casi cuatro se extraen de manera ilegal.
A pesar de la gravedad de la situación es enorme, la autoridad ha sido complaciente con los intereses de la agroindustria. Por ello es que marchamos. Porque los ciudadanos activos tenemos que alzar nuestra voz y poner un alto a conductas que nos están enfermando y que están cancelando el futuro de nuestras comunidades.
Paradójicamente, los responsables forman parte también de los afectados. En un diáfano caso de autogol ambiental, la leche lagunera está afectada por el arsénico. En un estudio publicado en 1997 pero con muestras de 1992, Irma Rosas, investigadora de la UNAM y sus colaboradores, encontraron que diez porciento de las muestras de leche analizadas tenían niveles de arsénico inaceptables. Hoy, dieciséis años después la situaciòn podría ser peor. Puede usted mismo buscarlo en la red de redes. (fvaldes@nazasvivo.com)
Marchamos porque las laguneras y los laguneros tenemos un grave problema de agua. Por cada litro de agua que se filtra al acuífero, se extraen más de dos. Cambie el agua por pesos e imagine el acuífero por una alcancía de marranito y verá que las cuentas no salen. Si el marranito estaba pleno de monedas, llegará el día en que quede vacío. La ruina hacia la que nos dirigimos es cierta y total. Sin agua, nuestra comunidad de desierto que tanto nos enorgullece, perecerá. Toda. Sin agua no hay agricultura, ni ganadería, ni industria, ni comercio, ni servicios. Sin agua no hay vida y nos la estamos acabando.
¿O será que ya nos la hemos acabado? Si atendemos a la pobre calidad del agua que bebemos, la respuesta es deprimentemente positiva: Casi ya no nos queda agua para consumo humano. Decía el Dr. Marcos Adrián Ortega de la UNAM, uno de los geólogos que más han estudiado el origen del arsénico en el acuífero lagunero: "En 1990 ustedes tenían una burbuja de agua potable rodeada de un mar de arsénico. Hoy, la burbuja está reducida a unos pequeños lunares que están desapareciendo con celeridad".
¿Porqué hemos llegado a esta situación de alarma donde el promedio del contenido de arsénico en los pozos de Torreón es de 20 microgramos por litro, el doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud? ¿Cómo es que habitantes de colonias como Senderos, están recibiendo agua con más de nueve veces lo recomendado por la OMS? Todo apunta a que es la sobre-explotación del acuífero la que está provocando la creciente presencia del veneno. Concurren en esta apreciación la CNA, la UNAM, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua y universidades internacionales como la Universidad Leibniz de Hannover, Alemania.
¿Quien está sobreexplotando el acuífero de esta manera, provocando una crisis de salud pública sin par en nuestro país? La agricultura. De cada diez litros que se extraen del acuífero, nueve se usan en esta actividad. De cada diez litros que la agricultura extrae, casi cuatro se extraen de manera ilegal.
A pesar de la gravedad de la situación es enorme, la autoridad ha sido complaciente con los intereses de la agroindustria. Por ello es que marchamos. Porque los ciudadanos activos tenemos que alzar nuestra voz y poner un alto a conductas que nos están enfermando y que están cancelando el futuro de nuestras comunidades.
Paradójicamente, los responsables forman parte también de los afectados. En un diáfano caso de autogol ambiental, la leche lagunera está afectada por el arsénico. En un estudio publicado en 1997 pero con muestras de 1992, Irma Rosas, investigadora de la UNAM y sus colaboradores, encontraron que diez porciento de las muestras de leche analizadas tenían niveles de arsénico inaceptables. Hoy, dieciséis años después la situaciòn podría ser peor. Puede usted mismo buscarlo en la red de redes. (fvaldes@nazasvivo.com)
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N. del E. La foto que encabeza este post es cortesía de mi ex alumna Vanesa García.