domingo, julio 06, 2008

Más sobre escritura y chateo



Cristal Barrientos, reportera de El Siglo de Torreón, me mandó una entrevista que le sirvió para comlementar una nota. Esto le respondí; trata, de nuevo, sobre escritura y chateo:

¿Consideras que esta manera que tienen los jóvenes de comunicarse, amenaza el español o lo empobrece?
Estamos parados exactamente sobre la transición. Nunca antes, como hoy, la humanidad tuvo medios de comunicación tan veloces y democráticos, así que todo lo que se pueda afirmar sobre nuevos comportamientos sociales debe ser dicho en calidad de hipótesis, no de certeza. Como el chat y sobre todo el celular son ya instrumentos de uso común, la escritura en esos medios se ha popularizado. Lo que se exige allí es eficacia y rapidez para comunicar ideas simples, de mera interacción doméstica (“¿Vendrás a comer?”; “Llegaré a las 3”; “La película empieza a las 7”). Tanto en el chat como en el celular la escritura opera con sobrentendidos harto primarios, así que puede mutilar y abreviar con toda libertad: “xq”, “esty n ksa”. E insisto: los mensajes son breves y primarios, no ensayos filosóficos, así que el código del chat tiene la coartada de la rapidez con la que allí fluye lo dicho. Lo malo es que los jóvenes escriben, por decir, el noventa por ciento de lo que escriben con ese código, y cuando en la escuela les piden un trabajo ya no saben qué hacer con la gramática y la ortografía castellanas. Creo que el español de los periódicos y los libros goza de buena salud, pese a todo. La comunicación informal, campechana, del mail, del chat y del celular, igual, goza de buena salud en sus propios “ambientes”.

¿Qué problemas conlleva el uso de ese lenguaje?
Lo grave se da cuando a un joven chateador lo pones a escribir formalmente un ensayo escolar: le brotan todas las horripilantes taras del chat tanto en la forma como en el contenido. He allí el problema, realmente: que la gente se ha dejado colonizar por la escritura rápida y en clave, y eso provoca que en determinado momento ya no pueda regresar a una escritura apegada a las reglitas básicas de nuestra lengua.

¿Representa un retroceso para el lenguaje, o sólo es una nueva manera de comunicarse?
Es una manera distinta. Digamos que el chat, el celular y el mail, como soportes, crearon su propio código, y eso está bien, no hay problema. Lo malo empieza cuando ese código se traslada a otros espacios de la comunicación, como la escuela, lugar donde, se supone, todavía debemos respetar los lineamientos de la gramática. Si me pidieran una opinión, recomendaría a los jóvenes que no dejaran de usar su código del chat, pero que sean concientes de que tal código no debe ganarle al otro, al de la comunicación humana que aspira a una mayor profundidad en el tratamiento de los mensajes.

¿Tiene algún tipo de ventaja este nuevo lenguaje?
La rapidez: se basa en el principio de la abreviatura. A menor número de teclazos, más rápidamente llega el mensaje. Sólo sirve para eso, para correr sobre el teclado con mayor velocidad. Y remarco: podríamos decir “no iré comer” o “¿ya hiciste la tarea?” (ideas muy elementales) con pocos teclazos; la mente no necesita esforzarse mucho para decir eso, así que la rapidez puede asociarse con la elementalidad del mensaje. Pero ¿qué sucede si queremos explicar el fenómeno de la migración de indocumentados o el sentido del yo en el pensamiento occidental del siglo XIX? Son ideas más complejas, que no pueden ser despachadas con rapidez; en ese caso ya no necesitamos el código apresurado del chat, sino un sistema de signos que camine al mismo ritmo (lento, pausado) que el del pensamiento humano.

¿Con base en esta nueva manera de comunicarse, qué futuro le espera al español con las nuevas generaciones?
No sé qué futuro le espera al español; en varias ocasiones lo han condenado a muerte, pero sigue lozano, fuerte, sólido y creciendo. Frente a los nuevos medios de comunicación personal no me atrevo a dar pronósticos, pero creo que el español seguirá vivo y enérgico.