martes, abril 16, 2024

Vida y realidad en la poesía

 











¿En qué medida es posible apelar a la realidad de lo social para fraguar poesía? ¿Es viable escribir versos en los que la voz poética mira tanto fuera como dentro del ser que los urde? En el libro Mediodía blanco (Colección Arena de poesía, Secretaría de Cultura de Coahuila, 2014, Saltillo, 66 pp.), Dana Gelinas (Monclova, Coahuila) nos persuade de que la realidad social tiene amplias posibilidades de convertirse en poesía, esto a condición de no incurrir en el formato discursivo del alegato, sino permanecer tercamente en el yo que observa con pasmo y hasta sorna la trama tejida por la circunstancia del mundo.

Dana Gelinas es poeta, traductora, editora y ensayista, y además escribe libros para niños. En 2004 obtuvo el premio de poesía Tijuana con el título Poliéster, en el que escribe de Sólo Dios, un poblado de la selva chiapaneca y sus alrededores durante el conflicto armado que inicia en 1994 así como también de lo que la civilización estraga en su camino. En 2006 fue publicado su libro Altos Hornos, serie de poemas acerca de la ciudad del acero y de su infancia. En ese mismo año obtuvo el Premio de Poesía Aguascalientes con Bóxers, un libro acerca del amor en tiempos de consumismo salvaje, y en 2011 publicó Los trajes nuevos del emperador, poemas en los que escribe acerca de los tiranos de la cultura pop, dueños de los obturadores de nuestros días.

La mayor parte de los poemas de Mediodía blanco esculcan en el mundo exterior. La poeta observa y traza versos con la materia prima de lo que nos suministran, sobre todo, los medios, y pasa por el filtro de su conciencia, por ejemplo, a varios personajes dignos de lamentación. Trump, Bush, Díaz Ordaz, Marta Sahagún y otros personajes son escudriñados por la ironía de Gelinas. De Slobodan Milosevic, el famoso genocida de la guerra balcánica, dice, por ejemplo: “Cuando la vieja Yugoslavia / descubrió su juego, / ya las armas, ejércitos y leyes / la habían convertido / en camposanto de huesos, / sin musulmanes, sin bosnios, sin húngaros, / sólo casimir relleno de paja”.

En el prólogo de Mediodía blanco señaló: “También está escrita en estas páginas mi obsesión por la historia reciente. Creo que muchos de estos poemas, y cada verso del libro en cierta forma aún inconcluso que es Los trajes nuevos del emperador, comparten esa tendencia. No estoy de acuerdo en que poemas históricos sean solamente aquellos que recrean el pasado. El presente ha ocurrido y también ocurre”.

Abiertos los ojos de la poeta al presente, atenta su mirada a lo que ocurre alrededor, atestiguamos en su poesía la potencialidad que sigue teniendo el arte para recordarnos que podemos/debemos voltear la vista hacia las llagas que pudren la vida de multitudes.

Mediodía blanco está disponible gratis en la web de la Secretaría de Cultura de Coahuila, aquí.