¿En
qué medida es posible apelar a la realidad de lo social para fraguar poesía?
¿Es viable escribir versos en los que la voz poética mira tanto fuera como dentro
del ser que los urde? En el libro Mediodía
blanco (Colección Arena de poesía, Secretaría de Cultura de Coahuila, 2014,
Saltillo, 66 pp.), Dana Gelinas (Monclova, Coahuila) nos persuade de que la
realidad social tiene amplias posibilidades de convertirse en poesía, esto a
condición de no incurrir en el formato discursivo del alegato, sino permanecer
tercamente en el yo que observa con pasmo y hasta sorna la trama tejida por la
circunstancia del mundo.
Dana
Gelinas es poeta, traductora, editora y ensayista, y además escribe libros para
niños. En 2004 obtuvo el premio de poesía Tijuana con el título Poliéster, en el que escribe de Sólo
Dios, un poblado de la selva chiapaneca y sus alrededores durante el conflicto
armado que inicia en 1994 así como también de lo que la civilización estraga en
su camino. En 2006 fue publicado su libro Altos
Hornos, serie de poemas acerca de la ciudad del acero y de su infancia. En
ese mismo año obtuvo el Premio de Poesía Aguascalientes con Bóxers, un libro acerca del amor en
tiempos de consumismo salvaje, y en 2011 publicó Los trajes nuevos del emperador, poemas en los que escribe acerca
de los tiranos de la cultura pop, dueños de los obturadores de nuestros días.
La
mayor parte de los poemas de Mediodía
blanco esculcan en el mundo exterior. La poeta observa y traza versos con
la materia prima de lo que nos suministran, sobre todo, los medios, y pasa por
el filtro de su conciencia, por ejemplo, a varios personajes dignos de
lamentación. Trump, Bush, Díaz Ordaz, Marta Sahagún y otros personajes son escudriñados
por la ironía de Gelinas. De Slobodan Milosevic, el famoso genocida de la
guerra balcánica, dice, por ejemplo: “Cuando la vieja Yugoslavia / descubrió su
juego, / ya las armas, ejércitos y leyes / la habían convertido / en camposanto
de huesos, / sin musulmanes, sin bosnios, sin húngaros, / sólo casimir relleno
de paja”.
En
el prólogo de Mediodía blanco señaló:
“También está escrita en estas páginas mi obsesión por la historia reciente.
Creo que muchos de estos poemas, y cada verso del libro en cierta forma aún
inconcluso que es Los trajes nuevos del
emperador, comparten esa tendencia. No estoy de acuerdo en que poemas
históricos sean solamente aquellos que recrean el pasado. El presente ha
ocurrido y también ocurre”.
Abiertos
los ojos de la poeta al presente, atenta su mirada a lo que ocurre alrededor,
atestiguamos en su poesía la potencialidad que sigue teniendo el arte para
recordarnos que podemos/debemos voltear la vista hacia las llagas que pudren la
vida de multitudes.
Mediodía blanco está disponible gratis en la web de la Secretaría de Cultura de Coahuila, aquí.