Ya van llegando diciembre y sus posadas, se va acercando
ya también la navidad, y como habrá cambio de gobierno en Torreón se me ocurre
escribir una columna-carta a Santoclós. Sería muy larga, llena de peticiones
viables y guajiras, pero aquí no tengo espacio para tanto. Anoto pues sólo el primer ítem: ¿sería mucho solicitar que pinten la cordonería y las
rayas de los carriles en las arterias más congestionadas de la ciudad?
No soy urbanólogo, pero tengo ojos, así que, como
cualquiera, puedo ver ciertos detalles de la urbe y enmendarlos en la mente.
Hace un mes, para acabarla de amolar, fui a la Feria del Libro cuya sede está
en Arteaga, al lado de Saltillo, y vi por enésima ocasión lo que es meter plata
a una ciudad. Ya sabemos que acá llega el billete a cuentagotas, que jamás
tendremos periféricos o pasos a desnivel de primer mundo, sino tramos y
elevaciones agrietados, boludos, parchados y con baches que resucitan a la
primera llovidita. No, no me hace ilusión ese aspecto citadino porque ya es
imposible tenerlo, sino algo mucho más simple, casi una delicadeza que apenas
daría un pellizco al presupuesto de obras públicas: que las rayas y la
cordonería luzcan pintadas, las rayas de blanco y la cordonería de amarillo.
Advertí que casi es un capricho cosmético, pero en el
fondo no lo es tanto, sino una necesidad que incide en dos costados de la
realidad: por un lado, tener delimitados los carriles ayuda a conducir con más
seguridad; por otro, se añade un mínimo de buen aspecto a las zonas viales. Ahora
bien, como esto no se da en muchos espacios de la ciudad, se maneja allí con
elevado riesgo y con el agravante de que todo luce horrible.
Cierto que hay lugares adecentados, como la zona que mencioné hace poco entre el desnivel del periférico y la colonia San Luciano, que siguen mejorando para que los ciudadanos que viven hacia el rumbo del TSM tengan un recorrido como el que merece su clase social y su buen gusto, pero hay otros como el bulevar Revolución entre la UTT y Soriana Fundadores, tramo donde ninguna raya es confiable y muchas empiezan en un punto y terminan mezclándose con las aledañas. Ayudarían mucho unas latas de pintura por allá.