La FIL de Guadalajara
sirve para eso, para pescar algunos libros que desafortunadamente no circulan
por todo México. A principios de diciembre pasado fui al “outlet” de Planeta y,
entre otros libros en superoferta, encontré Misterioso
asesinato en casa de Cervantes (Espasa, 2015, 283 pp.), novela con la que
Juan Eslava Galán (Jaén, 1948) ganó el premio Primavera 2015. El nombre de este
escritor quizá diga muy poco a los lectores mexicanos, pero es a mi juicio uno
de los mejores que hoy, y desde hace varios años, ofrecen las grandes ligas
españolas.
Hace casi tres décadas
yo había leído En busca del unicornio,
novela con la que Eslava Galán ganó el premio Planeta 1987. Es un libro
extraordinario en todo sentido, ya que además de narrar un hecho de suyo
peculiar —la búsqueda de un animal mitológico para, debido a las creencias de
la época, devolver con las virtudes del cuerno la virilidad a un rey sin
potencia—, lo hacía con una prosa que simulaba con eficacia y gracejo el estilo
de, más o menos, los escritores del siglo de oro. Para lograrlo, el autor
andaluz se había sometido a un entrenamiento tenaz y profundo como historiador,
ya que muchos de sus libros se referían a la historia peninsular.
Con las armas obtenidas
en su trayectoria como estudioso del pasado (más de cincuenta libros, la
mayoría ensayos), Eslava Galán encontró la sazón exacta para escribir novelas
modernas, no antiguallas. Quiero decir que, con todo y el estilo
deliberadamente sintonizado en una sintaxis castellana insuflada de vejez, uno
siente la presencia de un escritor de nuestro tiempo y dueño de las malicias
que ha alcanzado la técnica novelística hasta esta hora.
En Misterioso asesinato en casa de Cervantes se añaden elementos de
ficción a un hecho histórico: en efecto, el autor del Quijote fue acusado de
matar en Valladolid, cuando la Corona se asentó allí, a un tal Gaspar de
Ezpeleta, por lo que Cervantes y sus hermanas padecieron cárcel. Por suerte la
prisión fue breve, pues pronto se descubrió que el escritor no tuvo nada que
ver en el homicidio. Este asunto sirvió de excusa a Eslava Galán para urdir,
con apretado humor, un tapiz de la España que a principios del XVII se
desmoronaba entre miles de pícaros y una aristocracia completamente ajena a
cualquier pasión por el trabajo. Es, por todo, una novela que deben leer
quienes viven prendados de la vida, la obra y las infinitas repercusiones del
infinito Manco.