He estado recién en convivencia con Los amos de México, libro coordinado por Jorge Zepeda. Tomo como excusa la primera de sus semblanzas, la dedicada a nuestro magnate Carlos Slim. Particularmente, al segmento dedicado a las tarifas que maneja Telmex. Según se sabe, México no es en este sentido el paraíso que nos dibuja la publicidad; al revés, los precios impuestos por Telmex son los que justifican el avance de aplanadora que ha tenido la fortuna de Slim en los años recientes, una fortuna que ya se colocó en la cúspide de todas las que en el mundo hay, esto por encima de otras como las de Bill Gates y Warren Bufet, multimillonarios gringos que comparados al mexicano cada vez dan más la impresión de ser menesterosos tragafuegos de crucero.
El ejercicio que se me ocurrió no es nada complicado. A tres amigos radicados fuera del país les hice una pregunta simple: ¿cuánto pagan al mes por teléfono fijo e internet inalámbrico? En todos los casos, lo sé, hay variantes: unos ponen un número limitado de llamadas, otros no; unos tienen poco más potencia en internet, y así. Pero lo esencial, creo, queda claro: que en general, lo digo ya, las tarifas de Telmex están siempre por encima de los tres países indagados, y estoy seguro que el servicio es el mismo o muy parecido al que nosotros recibimos. En todos los casos, pedí a mis entrevistados que ellos mismos hicieran la conversión a dólares, para entender más claramente la jugada. Interrogué a radicados en un país rico (EUA), en un país de economía estable (España) y en otro de economía emproblemada (Argentina).
En EUA: “La tarifa del servicio telefónico fijo varía de una compañía a otra, pero fluctúa de 15 a 20 dólares con llamadas ilimitadas al mes. Con el internet pasa lo mismo, pero de 30 a 40 dólares al mes”. Si tomamos las cifras más altas, los dos servicios suman 60 dólares, 650.28 pesos aproximadamente.
En España: “Tenemos en casa una tarifa plana que incluye telefonía fija e internet a un costo de 29.90 euros mensuales (iva incluido). La tarifa plana consiste en que pagas una cuota mensual que te permite hacer todas las llamadas nacionales que quieras. En esa tarifa no están incluidas las llamadas de teléfono fijo a celular ni a números especiales (estos son como la lada 800 en México, sólo que acá hay varios y unos sí te los cobran)”. En resumen, 42.97 dólares, 465.70 pesos al mes.
En Argentina: “Por el teléfono fijo pagamos unos 100 pesos argentinos por mes. Al cambio de hoy, 100 pesos argentinos son US$ 31,83, digamos 32 para redondear. La tarifa del teléfono sería de 39 pesos mensuales, o sea, unos 10 dólares, y sólo se incrementaría en caso de aumentarse las llamadas por encima del número básico permitido. El servicio de internet que tenemos en casa me cuesta unos centavos más de 80 pesos argentinos por mes, suma equivalente a 25,46 dólares. Es un buen servicio de banda ancha”. 57.29 dólares, 620.90 pesos.
Este texto, como muchos otros publicados desde hace años en la prensa del país, no le hace nada al imperio Slim (de hecho, nada lo despeina). Todo es, como si dijéramos, querer dar muerte con pellizcos a una vaca. No pasará nada, no cambiará nada en las tarifas de Telmex, y su dueño seguirá creciendo y ahora hasta retando a sus competidores por medio del insoportable gordo Millet, quien exige, mediante el verbo imperativo “¡inviértale!”, que las compañías enemigas no vayan sólo a donde hay “negocio”.
Pese a la inocuidad de todo lo que se diga contra el monstruo, hay que hacer ver que hay una ganancia, por decirlo con suavidad, excesiva en todo esto, una plusvalía desmesurada que de a pesito tras pesito lesiona a un pueblo ya de por sí golpeado. Con el mal gobierno tenemos para estar en la lona; no es necesario que los particulares se sumen a la felpa.
El ejercicio que se me ocurrió no es nada complicado. A tres amigos radicados fuera del país les hice una pregunta simple: ¿cuánto pagan al mes por teléfono fijo e internet inalámbrico? En todos los casos, lo sé, hay variantes: unos ponen un número limitado de llamadas, otros no; unos tienen poco más potencia en internet, y así. Pero lo esencial, creo, queda claro: que en general, lo digo ya, las tarifas de Telmex están siempre por encima de los tres países indagados, y estoy seguro que el servicio es el mismo o muy parecido al que nosotros recibimos. En todos los casos, pedí a mis entrevistados que ellos mismos hicieran la conversión a dólares, para entender más claramente la jugada. Interrogué a radicados en un país rico (EUA), en un país de economía estable (España) y en otro de economía emproblemada (Argentina).
En EUA: “La tarifa del servicio telefónico fijo varía de una compañía a otra, pero fluctúa de 15 a 20 dólares con llamadas ilimitadas al mes. Con el internet pasa lo mismo, pero de 30 a 40 dólares al mes”. Si tomamos las cifras más altas, los dos servicios suman 60 dólares, 650.28 pesos aproximadamente.
En España: “Tenemos en casa una tarifa plana que incluye telefonía fija e internet a un costo de 29.90 euros mensuales (iva incluido). La tarifa plana consiste en que pagas una cuota mensual que te permite hacer todas las llamadas nacionales que quieras. En esa tarifa no están incluidas las llamadas de teléfono fijo a celular ni a números especiales (estos son como la lada 800 en México, sólo que acá hay varios y unos sí te los cobran)”. En resumen, 42.97 dólares, 465.70 pesos al mes.
En Argentina: “Por el teléfono fijo pagamos unos 100 pesos argentinos por mes. Al cambio de hoy, 100 pesos argentinos son US$ 31,83, digamos 32 para redondear. La tarifa del teléfono sería de 39 pesos mensuales, o sea, unos 10 dólares, y sólo se incrementaría en caso de aumentarse las llamadas por encima del número básico permitido. El servicio de internet que tenemos en casa me cuesta unos centavos más de 80 pesos argentinos por mes, suma equivalente a 25,46 dólares. Es un buen servicio de banda ancha”. 57.29 dólares, 620.90 pesos.
Este texto, como muchos otros publicados desde hace años en la prensa del país, no le hace nada al imperio Slim (de hecho, nada lo despeina). Todo es, como si dijéramos, querer dar muerte con pellizcos a una vaca. No pasará nada, no cambiará nada en las tarifas de Telmex, y su dueño seguirá creciendo y ahora hasta retando a sus competidores por medio del insoportable gordo Millet, quien exige, mediante el verbo imperativo “¡inviértale!”, que las compañías enemigas no vayan sólo a donde hay “negocio”.
Pese a la inocuidad de todo lo que se diga contra el monstruo, hay que hacer ver que hay una ganancia, por decirlo con suavidad, excesiva en todo esto, una plusvalía desmesurada que de a pesito tras pesito lesiona a un pueblo ya de por sí golpeado. Con el mal gobierno tenemos para estar en la lona; no es necesario que los particulares se sumen a la felpa.