Hace más de tres décadas leí En busca del unicornio (1987), novela de Juan Eslava Galán (Jaén, España,
1947) y quedé convertido en fan de este escritor. Lamentablemente, pocos libros de su inmensa
producción llegan a México, así que muy a cuentagotas he ido haciéndome de lo
que encuentro aquí o he encargado a ciertos amigos adictos al turismo. Leí entonces,
así, Guadalquivir, el ensayo El enigma de Colón y los descubrimientos de
América (publicado en el año del quinto centenario) y Misterioso asesinato en la casa de Cervantes. En suma, apenas
cuatro míseros libros pescados entre los casi cien que ha escrito este autor.
Recién accedí a tres libros más de los cuales ya leí uno cuyo
título es Lujuria (Destino,
Barcelona, 2015). Se trata de un largo ensayo incluido en la colección “Los
pecados capitales de la historia de España”, serie que, como podemos suponer, trata
de historiar los siete vicios considerados como pecaminosos por el dogma
católico. A Eslava Galán también le encomendaron el segundo, el de la Avaricia, que no tengo y de seguro es
igualmente atractivo.
En Lujuria, el
narrador e historiador jaenés repasa y comenta el comportamiento sexual de los
españoles desde el siglo XIX a la fecha. Podemos suponer que su recorrido tiene
algo de tragicómico, ya que describe el férreo control sobre los cuerpos
ejercido por el Estado y, mucho más, por la iglesia, y al alimón los mecanismos
empleados sobre todo por el hombre (no tanto por la mujer) para zafarse de
ellos y encontrar satisfacción más allá del tálamo oficial. Socorrido por un
abultado aparato de notas al pie, Eslava Galán bucea en las características de
la vida sexual española siempre atravesada por una doble moral que a fin de
cuentas es, mutatis mutandis, la
misma que se podría suponer en cualquier otra sociedad tendiente a la
represión.
Lujuria integra pues, con un arsenal de
datos difícil de igualar, la tensión producida por dos fuerzas polares: una que
tira hacia la represión y otra hacia la liberación, con el consecuente
resultado de avances y retrocesos en un sentido y en otro, aunque con el dominio
al parecer definitivo de una mentalidad cada vez más permisiva hasta llegar a
una España que “se ha puesto cachonda” pero sin cerrar del todo, claro, las
alcobas a las fuerzas conservaduristas que no deponen ni depondrán sus
inclinaciones persecutorias. En resumen, otro libro bien pensado y bien
investigado y bien escrito por Juan Eslava Galán.