miércoles, septiembre 18, 2019

Lujuria de Eslava Galán




















Hace más de tres décadas leí En busca del unicornio (1987), novela de Juan Eslava Galán (Jaén, España, 1947) y quedé convertido en fan de este escritor. Lamentablemente, pocos libros de su inmensa producción llegan a México, así que muy a cuentagotas he ido haciéndome de lo que encuentro aquí o he encargado a ciertos amigos adictos al turismo. Leí entonces, así, Guadalquivir, el ensayo El enigma de Colón y los descubrimientos de América (publicado en el año del quinto centenario) y Misterioso asesinato en la casa de Cervantes. En suma, apenas cuatro míseros libros pescados entre los casi cien que ha escrito este autor.
Recién accedí a tres libros más de los cuales ya leí uno cuyo título es Lujuria (Destino, Barcelona, 2015). Se trata de un largo ensayo incluido en la colección “Los pecados capitales de la historia de España”, serie que, como podemos suponer, trata de historiar los siete vicios considerados como pecaminosos por el dogma católico. A Eslava Galán también le encomendaron el segundo, el de la Avaricia, que no tengo y de seguro es igualmente atractivo.
En Lujuria, el narrador e historiador jaenés repasa y comenta el comportamiento sexual de los españoles desde el siglo XIX a la fecha. Podemos suponer que su recorrido tiene algo de tragicómico, ya que describe el férreo control sobre los cuerpos ejercido por el Estado y, mucho más, por la iglesia, y al alimón los mecanismos empleados sobre todo por el hombre (no tanto por la mujer) para zafarse de ellos y encontrar satisfacción más allá del tálamo oficial. Socorrido por un abultado aparato de notas al pie, Eslava Galán bucea en las características de la vida sexual española siempre atravesada por una doble moral que a fin de cuentas es, mutatis mutandis, la misma que se podría suponer en cualquier otra sociedad tendiente a la represión.
Lujuria integra pues, con un arsenal de datos difícil de igualar, la tensión producida por dos fuerzas polares: una que tira hacia la represión y otra hacia la liberación, con el consecuente resultado de avances y retrocesos en un sentido y en otro, aunque con el dominio al parecer definitivo de una mentalidad cada vez más permisiva hasta llegar a una España que “se ha puesto cachonda” pero sin cerrar del todo, claro, las alcobas a las fuerzas conservaduristas que no deponen ni depondrán sus inclinaciones persecutorias. En resumen, otro libro bien pensado y bien investigado y bien escrito por Juan Eslava Galán.