La naturaleza estaba bien sin nosotros
digamos que fluía
que andaba sobre el tiempo con todas sus especies
y nadie notaba su verdor azul amarillento y rojo.
La naturaleza era
simplemente era
y no se preocupaba de sí misma
nadie la acosaba
ninguna de las miles y miles de presencias
pululantes
ululantes o silenciosas
le tocaban un pelo.
La naturaleza caminaba pues
digamos
como señora por su casa
como reina suprema de todo cuanto había.
Pero nada es perfecto
ni la naturaleza
y para acabar pronto
pasaron los milenios
y un puto mono tomó la mala decisión
de bajar del árbol
de tomar un palo
de golpear
y comenzar el funeral
a gritos
como todavía podemos verlo
en cualquier calle.