sábado, diciembre 31, 2011

El día viene



Hace como quince años recibí un casete grabado por mi ex alumna y amiga Gloria Murillo. Sabedora de mi gusto por el folclore argentino, me hizo conocer a Cafrune, a Jorge Cafrune, el famoso cantante jujeño que murió en Tigre, provincia de Buenos Aires, hacia 1978, durante la noche criminal que dejó miles de muertos en aquella querida y dolorosa patria. El casete reproducía varios de los poemas que Cafrune grabó a José Pedroni, poeta para mí hasta entonces, también, desconocido. Oí cada pieza con devota atención y fue tanto el placer obtenido que muchos versos quedaron fijos, atados a mi memoria.
Para celebrar el nacimiento de Aitana, mi segunda hija, en marzo de 2001 publiqué un pequeño poemario titulado Salutación de la luz; usé como epígrafe palabras que Pedroni cita en “Petróleo”, un hermoso y comprometido poema. Esas palabras me siguen pareciendo, y seguramente siempre me lo parecerán, inigualables para enunciar la fe en el futuro, el deseo de obligarnos, de obligarme, a mirar el porvenir con ojos si no optimistas, sí menos pesimistas: “el día viene, hermoso”, escribió Pedroni que dijo Gabriel Péri frente a los fusileros, es decir, frente a la certeza de su muerte.
Pasaron los años y en otro libro usé como epígrafe más versos de Padroni. Ese libro trata sobre futbol y creí que no podía hallar mejores palabras, todas las del poema “Fútbol”, para resumir el cariño que siento desde mi niñez por tal juego:

Yo conozco el artista del humor desapacible,
y el grave, que en un mundo de soledad se encierra,
y el cargado de gloria que nunca está visible.
A mí me gusta el fútbol. Hay de todo en la tierra.

Nunca pude entenderme con esta gente extraña
que para oír su canto del canto se destierra.
A mí me gusta el bosque, la calle que no engaña,
la multitud, el fútbol... Todo es grato en la tierra.


En 2011 tuve la suerte de trabar amistad con la escritora Giselle Aronson (nacida en Gálvez, provincia de Santa Fe, Argentina). Nuestro diálogo internético sobre literatura se vio felizmente ampliado en noviembre, durante las Jornadas sobre microficción celebradas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza, Argentina. Cuando ella vio que en mi libro futbolero lucía como epígrafe un poemita de Pedroni, me dijo, sorprendida, recuerdo que en el salón de conferencias donde se celebraban las Jornadas: “¿Sabés dónde nació Pedroni?”. Le respondí con dudas que en las provincias de Santa Fe o Entre Ríos, no lo sabía bien; de lo que yo estaba seguro es de que fue oriundo del interior. Entonces ella precisó: “¡Nació en Gálvez!”. O sea, Pedroni era su paisano galvense, lo que no dejó de sorprendernos pues Pedroni se convertía de golpe en otro eje de nuestra amistad, la amistad que tengo con ella y con Fernando Veríssimo, su pareja.
Hoy 31 de diciembre —cumpleaños de mi madre, por cierto—, Giselle me manda dos fotos tomadas durante su visita decembrina a Gálvez, donde pasa las fiestas con su madre. Las fotos son de la casa donde nació Pedroni, como podemos leer en la imagen que encabeza este post. He dicho aquí algo sobre el poeta, pero hay amplia información sobre él en esta excelente página web, donde podemos oír su voz y la de diferentes lectores y cantantes. Aquí está, de paso, el enlace para saber un poco más acerca de Jorge Cafrune. Recomiendo cuatro de mis poemas favoritos: “Gaucho” (el que más me gusta de toda su producción), “Petróleo”, “Maternidad” y “Palabras al hijo por nacer”. Espero que se note la difícil y profunda sencillez de su palabra, la delicada sabiduría que nos pone, como pan, sobre la mesa. También espero que se advierta la extraña facilidad de Pedroni para la rima exacta y casi natural.
Agradezco a Giselle el envío de estas imágenes y aprovecho para desearle a ella y a todos mis amigos un espléndido 2012.
A los mexicanos se nos dibuja un año harto difícil, tan duro que casi nos compromete a sumar cualquier forma de lucha para terminar el periodo de terror que seguimos padeciendo. Hay que ser, pese a todo, optimistas. Hay que pensar, como dijo Pedroni que dijo Gabriel Péri frente a los fusileros, que “el día viene, hermoso”. Ojalá, ojalá.