Nunca he mantenido una relación estrecha con los artistas locales. A muchos los conozco, los saludo con respeto y les he comprado o me han obsequiado obra, pero jamás me he involucrado en sus quehaceres o en su fiesta. Finalmente, y aunque parezca lo mismo, es un ambiente distinto al literario, con otras motivaciones y otros apetitos. Pese a esto, no ha faltado que algunos dibujantes, pintores y grabadores me hayan convidado a compartir créditos en algunas de sus obras. Hasta el momento he aceptado por dos razones: a) porque percibo calidad en la obra de quienes me invitan a escribir; y b) porque junto a mi actividad literaria he colocado una afición genuina y desinteresada por las artes de la imagen (pintura, grabado, fotografía…). No para ser crítico, que en mi caso ya es tarde para intentar eso, sino para “leer” una imagen y comunicar algo: quizá su sentido poético, quizá su valor o quizá simplemente (como cantó Leonardo Favio) su capacidad para catapultar alguna emoción o propiciar alguna estampa de palabras que sirva como complemento.
Durante al menos diez años, por ello, he querido escribir algo sistemático sobre los artistas cercanos. Jamás me he regalado ese placer, siempre lo he pospuesto, así que veré si ahora tengo el tiempo y la disposición para emprender una especie de galería virtual en Ruta Norte. Comienzo con textos escritos en torno al trabajo de tres grabadores. Con cada uno hice mancuerna: Miguel Canseco, Gerardo Beuchot y Román Eguía; ellos con sus respectivos grabados, yo con los textos que aderezan las “carpetas”. Explico cada caso.
Hace un par de años, Miguel Canseco me pidió una “oración” para el grabado que regalaría en diciembre. Fue una petición extrañísima al principio, pero no fue necesario aclarar que se trataba de un asunto juguetón, deliberadamente naive, pues creo que no me fueron concedidos ni el talento ni el fervor para escribir oraciones en serio, como dios manda, si es que dios alguna vez mandó escribir oraciones como él manda. Canseco es el artista gráfico con mejor pluma en La Laguna, como lo prueban sus acercamientos críticos publicados en Siglo Nuevo y la tanda de estupendos microrrelatos cuyo proceso de edición me ha compartido. De ahí, entonces, que me haya dado gusto su confianza en mi capacidad místico-fársico-musical, lo que dio como resultado la “Oración a la virgen pasajera y suburbana”.
La otra estampa que presento de Miguel no es una estampa, al menos no es una fina estampa, como escribió doña Chabuca. Hace tiempo, en una de mis andanzas en su taller vi tirado un trozo cuadrado de papel impreso por ambas caras; eran imágenes de prueba. Una de las caras, literalmente una cara, un rostro, me impresionó. Pregunté quién la había hecho y me enteré que fue Miguel. Cuando le dije que ese rostro terrible y torturado serviría como ilustración para la portada de un libro maldito, pues definía la maldad de un killer o de cualquier otro monstruo semejante, sonrió con escepticismo y me dijo que era un simple papel con rayones. No tardé mucho —pues eso lo entiende él mejor que yo cuando hablamos de grabados— para convencerlo de que a veces la espontaneidad fabrica obras insólitas, mejores que las trazadas prolijamente. Como era un papel abandonado a su suerte, me lo quedé sin pagar nada por él y en este momento espera un marco que no lo deshonre y más adelante ornar la tapa de un libro.
Por otro lado, de Gerardo Beuchot ofrezco dos grabados en formato mediano. Son, digamos, los bocetos en estampa de dos murales (“Persistencia” y “Comarca Lagunera”) pintados por este artista lagunero en dos espacios públicos distintos. La carpeta en la que los organizó llevaba un texto mío (el que aquí ofrezco) y uno más del doctor Sergio Antonio Corona Páez, cronista de Torreón. Beuchot, como sabemos, se ha ido especializando en pintura al fresco, pero sus grabados no le van a la zaga y sugieren una “reescritura” o variación que alcanza valor por sí misma. Estos dos cuadros ya decoran las paredes de mi humilde cueva.
Para terminar esta tanda, traigo la presentación escrita sobre cuatro grabados de una carpeta armada por Román Eguía, acaso el más inquieto y diversificado artista lagunero de la actualidad.
Creo que de las obras aquí presentadas (salvo del dibujo casual elaborado por Canseco) hay carpetas a la venta. Quien se interese, puede buscar a los autores en:
Miguel Canseco: cronicadelojo@hotmail.com
Gerardo Beuchot: g_beuchot@hotmail.com
Román Eguía: romaneguia@hotmail.com
Nota: salvo las de Román Eguía, las otras imágenes fueron captadas por mi cámara, de ahí que la calidad de la reproducción no sea óptima.
Durante al menos diez años, por ello, he querido escribir algo sistemático sobre los artistas cercanos. Jamás me he regalado ese placer, siempre lo he pospuesto, así que veré si ahora tengo el tiempo y la disposición para emprender una especie de galería virtual en Ruta Norte. Comienzo con textos escritos en torno al trabajo de tres grabadores. Con cada uno hice mancuerna: Miguel Canseco, Gerardo Beuchot y Román Eguía; ellos con sus respectivos grabados, yo con los textos que aderezan las “carpetas”. Explico cada caso.
Hace un par de años, Miguel Canseco me pidió una “oración” para el grabado que regalaría en diciembre. Fue una petición extrañísima al principio, pero no fue necesario aclarar que se trataba de un asunto juguetón, deliberadamente naive, pues creo que no me fueron concedidos ni el talento ni el fervor para escribir oraciones en serio, como dios manda, si es que dios alguna vez mandó escribir oraciones como él manda. Canseco es el artista gráfico con mejor pluma en La Laguna, como lo prueban sus acercamientos críticos publicados en Siglo Nuevo y la tanda de estupendos microrrelatos cuyo proceso de edición me ha compartido. De ahí, entonces, que me haya dado gusto su confianza en mi capacidad místico-fársico-musical, lo que dio como resultado la “Oración a la virgen pasajera y suburbana”.
La otra estampa que presento de Miguel no es una estampa, al menos no es una fina estampa, como escribió doña Chabuca. Hace tiempo, en una de mis andanzas en su taller vi tirado un trozo cuadrado de papel impreso por ambas caras; eran imágenes de prueba. Una de las caras, literalmente una cara, un rostro, me impresionó. Pregunté quién la había hecho y me enteré que fue Miguel. Cuando le dije que ese rostro terrible y torturado serviría como ilustración para la portada de un libro maldito, pues definía la maldad de un killer o de cualquier otro monstruo semejante, sonrió con escepticismo y me dijo que era un simple papel con rayones. No tardé mucho —pues eso lo entiende él mejor que yo cuando hablamos de grabados— para convencerlo de que a veces la espontaneidad fabrica obras insólitas, mejores que las trazadas prolijamente. Como era un papel abandonado a su suerte, me lo quedé sin pagar nada por él y en este momento espera un marco que no lo deshonre y más adelante ornar la tapa de un libro.
Por otro lado, de Gerardo Beuchot ofrezco dos grabados en formato mediano. Son, digamos, los bocetos en estampa de dos murales (“Persistencia” y “Comarca Lagunera”) pintados por este artista lagunero en dos espacios públicos distintos. La carpeta en la que los organizó llevaba un texto mío (el que aquí ofrezco) y uno más del doctor Sergio Antonio Corona Páez, cronista de Torreón. Beuchot, como sabemos, se ha ido especializando en pintura al fresco, pero sus grabados no le van a la zaga y sugieren una “reescritura” o variación que alcanza valor por sí misma. Estos dos cuadros ya decoran las paredes de mi humilde cueva.
Para terminar esta tanda, traigo la presentación escrita sobre cuatro grabados de una carpeta armada por Román Eguía, acaso el más inquieto y diversificado artista lagunero de la actualidad.
Creo que de las obras aquí presentadas (salvo del dibujo casual elaborado por Canseco) hay carpetas a la venta. Quien se interese, puede buscar a los autores en:
Miguel Canseco: cronicadelojo@hotmail.com
Gerardo Beuchot: g_beuchot@hotmail.com
Román Eguía: romaneguia@hotmail.com
Nota: salvo las de Román Eguía, las otras imágenes fueron captadas por mi cámara, de ahí que la calidad de la reproducción no sea óptima.