Todos
los libros envejecen, todos pierden con el tiempo la frescura que alguna vez
pudieron tener. No me refiero a su condición de objetos, que en este caso el
decaimiento es obvio, sino a un flanco menos evidente: el del deterioro de su
contenido. Se dirá, no sin razón, que algunos libros literarios mantienen el
vigor de su poder persuasivo, y será parcialmente verdad, pues esto ocurre con
los clásicos que sin embargo son, lamentablemente, cada vez menos visitados.
Todos los libros envejecen en tanto objetos y en tanto depósitos del espíritu
humano.
Los
didácticos acusan especialmente el daño impuesto por el paso del tiempo, pues
es tan grande la acumulación de conocimientos que a veces un libro escolar o técnico
de hace cinco años hoy ya es obsoleto, a veces mero papel impreso. Todo esto
pensaba sobre obras como la Introducción
a las doctrinas político-económicas (FCE, México, 1956, 202 pp.), de Walter
Montenegro (1912-1991), pero al reabrirlo para preparar una clase me dejó ver
que sigue siendo útil pese a la acumulación de tantas décadas sobre sus hombros
de papel.
Boliviano,
Montenegro fue escritor, periodista y diplomático, y a mediados de los
cincuenta el Fondo publicó su Introducción…
en la colección Breviarios, número 122. Su éxito ha sido tal que a la primera
edición se sucedieron otras tres, la última de 2019, y no sé cuántas
reimpresiones. Esto significa que ha sido un libro útil, un caso asombroso de
perdurabilidad si reparamos en su índole.
Varios
de sus párrafos, sobre todo los que ofrecen datos estadísticos que en su
momento fueron actuales, ya no nos dicen mucho, pero queda la descripción
rápida y puntual de las “doctrinas” que el autor revisa. Es, como ya dije, un
libro didáctico, como todos o casi todos los Breviarios. Luego de un primer
capítulo titulado “El fenómeno político”, Montenegro define y describe de
manera clara y general once doctrinas, y para lograrlo más acabadamente trata
de ubicar los rasgos de cada una en la historia, en el tiempo y el lugar donde
mejor quedaron expresadas. Entre otras están el liberalismo, el socialismo
utópico, el cooperativismo, el comunismo, el anarquismo, el fascismo y el
nazismo. Es pues lo que supone su título: una buena introducción.
En un tiempo de desdén al conocimiento de la historia política, este libro sigue siendo valioso para quienes todavía tienen curiosidad por conocer las distintas formas de pensar al Estado y por entender cómo llegamos al capitalismo salvaje en el que hoy vivimos. En este valioso librito está o puede estar, transparente, una parte de la compleja explicación.