sábado, febrero 08, 2025

Anotación bajo una foto

 







Gerardo García, Fernando Fabio Sánchez y quien esto apunta intercambiamos casi a diario información sobre todo literaria. Gerardo está en Texas, Fernando en California y yo en Coahuila, así que entre los tres formamos un amplio escaleno que nos mantiene al tanto de las novedades y uno que otro chisme. Hace poco, mediante mi corresponsal texano nos llegó una foto muy interesante acompañada de un pequeño texto escrito por Salvador Novo. En la imagen aparecen 19 personajes de la literatura mexicana del siglo XX. Al verla, mis amigos y yo comenzamos a comentarla, y unos días después se la mostré a Saúl Rosales, con quien amplié algunas observaciones.

El comentario de Novo, extraído de sus memorias, trae como fecha el 22 de enero de 1965, y supongo que se refiere al día en el que describió la imagen, pues más adelante, ya en el cuerpo del texto, señala que la reunión se celebró el 16 de diciembre “del año pasado” (1964). Da igual: de lo que podemos estar seguros es de que data de mediados de los sesenta. Observa Novo: “Porque estoy convencido del valor documental de esta foto, me empeño en nombrar y describir a los personajes que en ella aparecen; pues luego ocurre que uno arrumbe una foto ocasionalmente tomada en algún banquete, comida o reunión; la olvide y pasados los años le cueste trabajo reconocer o recordar el nombre de muchos de los que en ella aparecen”.

El autor de Nueva grandeza mexicana estaba seguro, y no se equivocaba, del valor de aquella imagen, por eso le dedicó unos párrafos. La reunión a la que se refiere estuvo motivada por la reciente publicación del libro Protagonistas de la literatura mexicana, de Emmanuel Carballo. Es un libro de entrevistas en el que su autor dialogó con escritores que sin duda eran eso, protagonistas de nuestras letras. Dado aquel producto editorial, el editor y Carballo convocaron a los autores que seguían vivos. Otros, como Alfonso Reyes y José Vasconcelos, habían muerto pocos antes.

La foto incluye pues a algunos escritores entrevistados en el famoso y abultado libro, y suma a dos editores y a otros autores en ese momento muy jóvenes pero ya destacados, aunque por supuesto no incluidos entre los entrevistados por Carballo. Novo precisa que seis habían muerto ya, y que cinco más (Torri, Ramón Rubín, Yáñez, Arreola y Fuentes) no asistieron por equis o zeta motivos. El caso es que en la foto aparecen, de pie, Gastón García Cantú, José Gorostiza, Rafael F. Muñoz, Rafael Giménez Siles y Rafael Giménez hijo (editores los dos últimos), Alí Chumacero, Rosario Castellanos, Salvador Novo, Nellie Campobello, Carlos Pellicer, Jaime Torres Bodet y Martín Luis Guzmán; en cuclillas, Henrique González Casanova, Emmanuel Carballo, Pedro Bayona, Ernesto de la Torre, “y por último tres jóvenes demonios de la más nueva ola”: “el terrible” Carlos Monsiváis, Miguel Capistrán y José Emilio Pacheco.

Quizá me equivoco en algún caso, pero hoy todos los convidados al ágape ya murieron. Ahora bien, y disculpen que hable en términos autorreferenciales, ¿esa foto me atrajo nomás porque en ella aparece gente literaria? La respuesta es sí, pero luego reparé en algo más: esa foto también me atrae porque en ella veo flashazos de mi pasado. Yo tenía menos de un año de vida cuando la tomaron, y no fue sino hasta 1980 cuando comencé a sentir los primeros pálpitos de mi vinculación con la literatura, pero así haya sido, y sea hoy todavía, un mero tundeteclas de provincia, tuve la suerte de conocer y cruzar algunas palabras con seis de los personajes que aparecen en la imagen tomada en el jardín del coyoacanense restaurante La Capilla, propiedad de Novo. Cuento cada caso con una fecha de encuentro totalmente insegura:

Alí Chumacero. Al poeta de Acaponeta (¿Acapoeta?) lo conocí en Torreón (2007), cuando vino a hacer una lectura comentada de su obra. Ya era un hombre muy entrado en años, pero pese al calor lagunero no perdió figura dentro de su traje oscuro. Recuerdo que por culpa de un compromiso docente no pude asistir a su presentación, pero sabía que unos amigos (como la poeta Ivonne Gómez Ledezma) lo llevarían a cenar a La Marioneta, un restaurante luego cerrado a balazos, a donde recalé para insumir una cerveza y pedir que el maestro me dedicara un par de libros. De este encuentro quedó una foto en la que luzco una lamentable playera de Ocean Pacific.

Emmanuel Carballo. Lo vi y lo saludé en el Teatro Isauro Martínez (1990), cuando vino a presentar un libro sobre Torri junto a Serge I. Zaïtzeff, su autor; en aquella ocasión no quedó registro fotográfico. Carballo venía acompañado por su esposa, la escritora Beatriz Espejo.

Ernesto de la Torre Villar. Es el único de la lista con quien crucé algunas palabras en la Ciudad de México (2001). Asistí a un encuentro del Seminario de Cultura Mexicana (cuya sede estaba en la avenida Presidente Mazaryk, en Polanco) y en algún receso lo saludé y le presumí tener en Torreón dos de sus libros. Ya era un hombre grande, había nacido en 1917 y moriría en 2009. No quedó registro fotográfico ni con él ni con alguno de los miembros del Seminario de Cultura Mexicana que andaban por allí: Alberto Beltrán, Víctor Sandoval, Carlos Prieto, Sergio García Ramírez, Arturo Azuela, entre otros.

Carlos Monsiváis. Lo vi cinco veces, cuatro en Torreón y una en Guadalajara, y es el único con quien compartí mesa en el sentido literario y gastronómico. Como era ubicuo, no fue nada raro que viniera seguido a Torreón. En la última lo presenté antes de que diera una conferencia y de allí partimos a comer en un restaurante con menú español ubicado en el Paseo La Rosita. La única buena foto que tengo con él fue tomada en la FIL. Lo vi buscando afanosamente libros en una estantería, me acerqué, lo saludé, le pedí la foto y sonó el click sin que me dijera una sola palabra, pues estaba más apurado en hallar no sé qué volúmenes que en atender a un lector impertinente.

Miguel Capistrán. No tengo idea del año en el que lo vi acá, en La Laguna. Quizá en el 2003. Vino a ofrecer una conferencia sobre no recuerdo qué tema, y al final, en el restaurante Garufa, hubo una cena donde me quedó del otro lado de la mesa, inaudible.

José Emilio Pacheco. Lo vi en 1991, en el museo Quinta Gameros, de Chihuahua capital. Dio allí una conferencia y al final me acerqué con dos objetivos: saludarlo e infligirle el inútil regalo de mi primer libro. Lo recuerdo ya algo encorvado, tímido y pese a esto muy amable.

Finalizo. Al comentar la foto con Saúl en la gordería de nuestro desayuno semanal, se me ocurrió preguntarle cuál era el personaje por él más admirado. Algo nos distrajo y ya no supe su respuesta, pero sí alcancé a mencionarle mi gallo: Martín Luis Guzmán.

Nota. Tarde descubrí que sobrevive Pedro Bayona, en cuclillas y de moño en la foto. Nació en Guadalajara hacia 1937. El otro personaje posiblemente vivo es Rafael Giménez hijo, pero no conseguí datos sobre su vida.