Gerardo
García, Fernando Fabio Sánchez y quien esto apunta intercambiamos casi a diario
información sobre todo literaria. Gerardo está en Texas, Fernando en California
y yo en Coahuila, así que entre los tres formamos un amplio escaleno que nos
mantiene al tanto de las novedades y uno que otro chisme. Hace poco, mediante mi
corresponsal texano nos llegó una foto muy interesante acompañada de un pequeño
texto escrito por Salvador Novo. En la imagen aparecen 19 personajes de la
literatura mexicana del siglo XX. Al verla, mis amigos y yo comenzamos a
comentarla, y unos días después se la mostré a Saúl Rosales, con quien amplié
algunas observaciones.
El
comentario de Novo, extraído de sus memorias, trae como fecha el 22 de enero de
1965, y supongo que se refiere al día en el que describió la imagen, pues más
adelante, ya en el cuerpo del texto, señala que la reunión se celebró el 16 de
diciembre “del año pasado” (1964). Da igual: de lo que podemos estar seguros es
de que data de mediados de los sesenta. Observa Novo: “Porque estoy convencido
del valor documental de esta foto, me empeño en nombrar y describir a los
personajes que en ella aparecen; pues luego ocurre que uno arrumbe una foto
ocasionalmente tomada en algún banquete, comida o reunión; la olvide y pasados
los años le cueste trabajo reconocer o recordar el nombre de muchos de los que
en ella aparecen”.
El
autor de Nueva grandeza mexicana
estaba seguro, y no se equivocaba, del valor de aquella imagen, por eso le
dedicó unos párrafos. La reunión a la que se refiere estuvo motivada por la
reciente publicación del libro Protagonistas
de la literatura mexicana, de Emmanuel Carballo. Es un libro de entrevistas
en el que su autor dialogó con escritores que sin duda eran eso, protagonistas
de nuestras letras. Dado aquel producto editorial, el editor y Carballo convocaron
a los autores que seguían vivos. Otros, como Alfonso Reyes y José
Vasconcelos, habían muerto pocos antes.
La
foto incluye pues a algunos escritores entrevistados en el famoso y abultado
libro, y suma a dos editores y a otros autores en ese momento muy jóvenes pero
ya destacados, aunque por supuesto no incluidos entre los entrevistados por
Carballo. Novo precisa que seis habían muerto ya, y que cinco más (Torri, Ramón
Rubín, Yáñez, Arreola y Fuentes) no asistieron por equis o zeta motivos. El
caso es que en la foto aparecen, de pie, Gastón García Cantú, José Gorostiza,
Rafael F. Muñoz, Rafael Giménez Siles y Rafael Giménez hijo (editores los dos últimos),
Alí Chumacero, Rosario Castellanos, Salvador Novo, Nellie Campobello, Carlos
Pellicer, Jaime Torres Bodet y Martín Luis Guzmán; en cuclillas, Henrique
González Casanova, Emmanuel Carballo, Pedro Bayona, Ernesto de la Torre, “y por
último tres jóvenes demonios de la más nueva ola”: “el terrible” Carlos
Monsiváis, Miguel Capistrán y José Emilio Pacheco.
Quizá
me equivoco en algún caso, pero hoy todos los convidados al ágape ya murieron. Ahora
bien, y disculpen que hable en términos autorreferenciales, ¿esa foto me atrajo
nomás porque en ella aparece gente literaria? La respuesta es sí, pero luego
reparé en algo más: esa foto también me atrae porque en ella veo flashazos de
mi pasado. Yo tenía menos de un año de vida cuando la tomaron, y no fue sino
hasta 1980 cuando comencé a sentir los primeros pálpitos de mi vinculación con
la literatura, pero así haya sido, y sea hoy todavía, un mero tundeteclas de
provincia, tuve la suerte de conocer y cruzar algunas palabras con seis de los
personajes que aparecen en la imagen tomada en el jardín del coyoacanense restaurante La Capilla, propiedad de Novo. Cuento cada caso con una fecha de
encuentro totalmente insegura:
Alí
Chumacero. Al poeta de Acaponeta (¿Acapoeta?)
lo conocí en Torreón (2007), cuando vino a hacer una lectura comentada de su
obra. Ya era un hombre muy entrado en años, pero pese al calor lagunero no
perdió figura dentro de su traje oscuro. Recuerdo que por culpa de un
compromiso docente no pude asistir a su presentación, pero sabía que unos
amigos (como la poeta Ivonne Gómez Ledezma) lo llevarían a cenar a La Marioneta, un restaurante luego cerrado a balazos, a donde recalé para insumir una cerveza
y pedir que el maestro me dedicara un par de libros. De este encuentro quedó
una foto en la que luzco una lamentable playera de Ocean Pacific.
Emmanuel
Carballo. Lo vi y lo saludé en el Teatro Isauro Martínez (1990), cuando vino a
presentar un libro sobre Torri junto a Serge I. Zaïtzeff, su autor;
en aquella ocasión no quedó registro fotográfico. Carballo venía acompañado por su esposa, la escritora Beatriz Espejo.
Ernesto
de la Torre Villar. Es el único de la lista con quien crucé algunas palabras en
la Ciudad de México (2001). Asistí a un encuentro del Seminario de Cultura
Mexicana (cuya sede estaba en la avenida Presidente Mazaryk, en Polanco) y en
algún receso lo saludé y le presumí tener en Torreón dos de sus libros. Ya era
un hombre grande, había nacido en 1917 y moriría en 2009. No quedó registro
fotográfico ni con él ni con alguno de los miembros del Seminario de Cultura
Mexicana que andaban por allí: Alberto Beltrán, Víctor Sandoval, Carlos Prieto,
Sergio García Ramírez, Arturo Azuela, entre otros.
Carlos
Monsiváis. Lo vi cinco veces, cuatro en Torreón y una en
Guadalajara, y es el único con quien compartí mesa en el sentido literario y
gastronómico. Como era ubicuo, no fue nada raro que viniera seguido a Torreón.
En la última lo presenté antes de que diera una conferencia y de allí partimos
a comer en un restaurante con menú español ubicado en el Paseo La Rosita. La única buena foto que tengo
con él fue tomada en la FIL. Lo vi buscando afanosamente libros en una
estantería, me acerqué, lo saludé, le pedí la foto y sonó el click sin que me dijera una sola
palabra, pues estaba más apurado en hallar no sé qué volúmenes que en atender a
un lector impertinente.
Miguel
Capistrán. No tengo idea del año en el que lo vi acá, en La Laguna. Quizá en el 2003. Vino a ofrecer una conferencia sobre no recuerdo qué tema, y al final, en el restaurante Garufa, hubo
una cena donde me quedó del otro lado de la mesa, inaudible.
José Emilio Pacheco. Lo vi en 1991, en el museo Quinta Gameros, de Chihuahua capital. Dio allí una conferencia y al final me acerqué con dos objetivos: saludarlo e infligirle el inútil regalo de mi primer libro. Lo recuerdo ya algo encorvado, tímido y pese a esto muy amable.
Finalizo. Al comentar la foto con Saúl en la gordería de nuestro desayuno semanal, se me ocurrió preguntarle cuál era el personaje por él más admirado. Algo nos distrajo y ya no supe su respuesta, pero sí alcancé a mencionarle mi gallo: Martín Luis Guzmán.
Nota. Tarde descubrí que sobrevive Pedro Bayona, en cuclillas y de moño en la foto. Nació en Guadalajara hacia 1937. El otro personaje posiblemente vivo es Rafael Giménez hijo, pero no conseguí datos sobre su vida.