miércoles, enero 09, 2019

Escribir cine




















Es misterioso el encuentro del escritor con los géneros que formarán parte de su trabajo. ¿Cuándo ocurre? ¿Por qué? O sea, ¿cómo llega un poeta a darse cuenta de que es poeta? ¿O cómo llega un cuentista a notar que lo suyo es la narrativa breve? Y dos casos más raros: ¿cuándo descubre el ensayista que su mundo está en la crítica o el dramaturgo en la escena? No sé. Lo que sí sé es que en general eso comienza a despuntar un poco antes de los veinte años. Es allí, por el rumbo de los 16 o los 17, cuando un escritor vislumbra lo que más le gusta y/o le acomoda, cuando descubre que su capacidad se orienta hacia tal o cual género. Por eso ocurre que los primeros libros generalmente delimitan los géneros con los que el escritor convivirá, razón por la que más allá, por los treinta o cuarenta años, ese chango ya no podrá aprender maroma nueva. Habrá excepciones, claro, pero en la generalidad de los casos el escritor se topa temprano con sus géneros y zafar de allí, luego, resulta casi imposible. Por eso García Márquez no le hizo a la poesía, y por eso Paz no se arrimó a la escritura de novelas.
En el camino de mi trabajo literario no ha faltado que me recomienden escribir en tal o cual género, como si uno pudiera escribir de todo. Aunque hay algunos casos de escritores que han intentado trabajar con muchos moldes, el talento no es tan grande como para ser bueno o al menos decoroso en todos los géneros. Si esto fuera música, sería como el dominio de un instrumento. Aunque hay músicos que tocan varios, el verdadero músico es especialista. Esta es la razón por la que escribir para cine es un coto muy bien delimitado. No cualquiera, pues, puede hacerlo, como lo demuestra el libro Antes de la película. Conversaciones alrededor de la escritura cinematográfica (Conaculta, 2012, 357 pp.), de Ana Cruz. En siete apartados, la entrevistadora se acerca aquí a 39 personalidades vinculadas de una u otra manera a la escritura cinematográfica, como, entre otros, Sabina Berman, Guillermo Arriaga, Paz Alicia Garciadiego y Vicente Leñero.
Ahora que Roma rehidrató el interés por el cine mexicano sobre México, Antes de la película es un libro útil sobre todo para quienes quieren dedicarse a escribir historias cuyo fin es aterrizar en la pantalla.