miércoles, mayo 09, 2018

El boxeo de Meade














Dos lecturas puede tener la obstinada presencia de López Obrador en el discurso de José Antonio Meade. Antenoche, en el redivivo programa Tercer Grado, el abanderado del PRI y las rémoras del Verde Ecologista y Nueva Alianza no dejó de responder ninguna de las preguntas sin cepillar al tabasqueño. Para un espectador medianamente informado sobre la posición que viene ocupando Meade en las encuestas, no deja de ser curioso que en vez de percutir sobre AMLO debió, al menos, campechanear algunos mandobles para Anaya. No fue así: el candidato “sin militancia” sólo tenía dos palabras en la mira: Andrés Manuel, e incluso manejó una innovación: el Peje ya no nomás es culpable por el caos del futuro si es que gana, sino que en el pasado a él se han debido varias turbulencias del peso frente al dólar y otros desaguisados que, bendita sea la democracia, no han pasado a mayores gracias a que ha perdido.
Ágil y burocrático, con un discurso libreteado en casi todos sus trazos, Meade fue zafando de las preguntas que, sin ser incisivas, eran obvias: ¿Enrique Peña Nieto es honesto? Sí, es honesto, y dejemos a un lado su nombre porque él “no está en la boleta”. ¿Romero Deschamps es corrupto?, y en lugar de una respuesta rápida e incontrovertible el despliegue de una larga explicación sobre la necesidad de denunciar y acabar con la impunidad que es un terrible flagelo etcétera. Pese a la suavidad del tono en el que fue cuestionado, los lastres del partido que lo impulsa son tan grandes que Meade no pudo evitar los picotazos de la realidad. Sin freno, con un relato técnico y vertiginoso, el ex secretario de Hacienda capeaba el temporal a verbosidad turbo con tal de escurrirse pronto, y siempre con un discurso honestista, de estafas maestras, casos Odebrecht, casas blancas y demás proezas.
En toda la deshilachada entrevista lo que fue quedando claro es que los males pasados, presentes y futuros del país son hechura exclusiva de López Obrador. ¿Y algún coscorroncito para Anaya, el segundo lugar? Nada, y es aquí donde entra en escena la conjetura. Tal vez Meade no tocó al candidato del PAN para dejar volando la idea de que no le interesa, de que ese rival ya casi fue despachado al tercer puesto, o quizá, como se ha venido diciendo, porque no debe aporrear a quien, luego del 20 de mayo, podría ser su aliado en la lucha por alcanzar al puntero.
En suma, la comparecencia de Meade en Tercer Grado no ayudará a levantar, creo, su barra demoscópica. Lo que sí produjo, en todo caso, fue una cauda terrible de memes tras no recordar el título de su libro.