miércoles, noviembre 04, 2015

Norte cuentístico




















Junto a Daniel Herrera y Julián Herbert, este viernes a las siete de la tarde presentaré Norte, una antología, libro organizado por Eduardo Antonio Parra y publicado este año por editorial Era. Como lo advierte su título, Norte es una compilación en este caso de cuentos escritos, todos, por narradores oriundos de esa tremenda zona de México que abarca más o menos desde Durango y Sinaloa hasta la frontera con Estados Unidos.
La voluminosa compilación suma 49 autores, y arranca con los ateneístas Guzmán, Reyes y Torri, es decir, con escritores que comenzaron su producción literaria hace casi exactamente un siglo. La selección pasa luego a autores de la revolución como Campobello y Muñoz, y así, poco a poco (Revueltas, Valadés, Gardea, Campbell, Ramírez Heredia, Solares, Montemayor, Rascón Banda, López Cuadras, Sada…) llegamos a escritores nacidos en los sesenta y por ello todavía activos como Toscana, Crosthwite y Rivera Garza, entre otros. En términos de edad, la lista de convocados por Eduardo Antonio Parra llega hasta la década de los setenta con, también entre otros, JJ Rodríguez, Herbert, Pérez Rembao, Pesina, Blum, Lomelí, Ramos Revillas, Vicente Alfonso y Boone.
La Laguna cuenta con dos autores en esta nómina de cuentos: Vicente Alfonso, de Torreón, y Salvador Castañeda, de Matamoros. Nuestro estado tiene a seis (si contamos a los dos anteriores): Torri, Magolo Cárdenas, Herbert —quien nació en Guerrero, pero ha radicado casi toda su vida en Coahuila— y Boone. El estado con mayor número de presencias es Nuevo León, con doce, y lo sigue Chihuahua, con ocho. Estos criterios numéricos, por supuesto, sólo sirven para la curiosidad, casi como los “numeritos finales” en un partido de beisbol.
El contenido, no podía ser de otra manera dados los nombres ya citados, es muy atractivo. No es posible esperar unidad temática y menos de estilo, pese a que tendamos a pensar que por ser “norteños” algo habrá de común denominador. Al menos yo no creo que esto sea posible, es decir, encontrar en este conglomerado tan grande de escritores ciertos rasgos que los unifiquen más allá de que hayan nacido en el norte y se dediquen a la literatura. Lo importante en todo caso, y he aquí lo que debemos agradecer a Parra y a Era, es ver arracimados tantos buenos cuentos en este libro probatorio de una fortaleza: la del cuento en el norte mexicano. Los espero en Gandhi Torreón.