sábado, junio 28, 2014

Futbol con perspectiva de género




















No es posible saberlo con exactitud, pero creo que hasta hace cerca de veinte años en México eran pocas, contadísimas, las mujeres involucradas en el gusto del futbol. El espacio de las tribunas, y no se diga el de las canchas, constituía coto exclusivo de los machos, tanto que nadie, jamás, echaba allí de menos al sexo opuesto. Hoy es distinto. El futbol femenino ha crecido en número de practicantes y, sobre todo, en calidad, y en las tribunas ya no debe faltar el toque de encanto que añaden las mujeres. Sucede incluso que en muchísimos programas de radio, televisión y otros espacios de prensa es cada vez más frecuente la participación de mujeres, aunque todavía son mayoritariamente elegidas en función de la carrocería y no tanto del conocimiento futbolístico.
Si en las canchas, las tribunas y los medios el avance femenino ha sido gradual y sostenido, la literatura futbolera escrita por mujeres no acusa un desarrollo similar. Ahora bien, como casi todo lo que hay escrito sobre el tema proviene de hombres, es un verdadero lujo tener y haber leído Mujeres con pelotas, cuentos inspirados en el fútbol (Ediciones Deldragón, Buenos Aires, 2010), libro que reúne 26 cuentos y un prólogo de María Rosa Lojo, acaso el primer libro en el mundo que convoca a tantas mujeres en torno a un deporte que hasta hace poco sólo asociábamos con el universo de los machos.
Esta rareza editorial vale desde su sola idea, pero es mucho más que eso, pues evidencia la cercanía/lejanía de la mujer con respecto del espacio (real y imaginario) del futbol en tanto práctica y asunto predominantemente hombruno.
Llama la atención que al menos en la Argentina, uno de los países más futbolizados del planeta, la mujer está cerca sí o sí, sin margen para la huida, de esta pasión: como fanática o como víctima de un hijo, amigo, novio o esposo enajenados. En varios de los relatos, por ello, la pasión llega de rebote: la mujer está allí, sin remedio, en la periferia del fanatismo, como si el futbol fuera una plaga que también la devorará aunque ella quiera mantenerse aparte.
En las brevísimas palabras que de él reproduce Mujeres con pelotas, Alejandro Apo, el periodista que más ha promovido el gusto por el cuento futbolero en la Argentina, señala que “el fútbol no es solamente fútbol sino también un vehículo de ideas que está en nuestra formación, en el barrio, en los afectos y en los amigos”, lo que es verdad, sobre todo porque el futbol escrito, literaturizado, ha permitido que veamos no tanto lo que hay dentro de la cancha, sino dentro del corazón de quienes (hombres y mujeres, niños y viejos, pobres y ricos) lo viven con tanta intensidad que lo han convertido en parte de una educación sentimental entrecruzada de afectos y desafectos familiares, barriales, comunitarios.
La mirada de las mujeres sobre el futbol y sus orillas, en este sentido, es muy importante, pues gracias a esto podemos ver desde su perspectiva cómo palpita en el alma de una madre el deseo de que su hijo triunfe, o cómo percibe una novia el fracaso de su pareja en las canchas, o como caza la mujer al ídolo de las multitudes.
Mujeres con pelotas (que cuenta con la participación de escritoras como Silvia Plager, Adela Sorrentino, Laura Nicastro, Silvia Miguens, Fernanda Nicolini, entre otras) es un espléndido precedente, un enriquecimiento de la literatura futbolera que a partir de aquí ya no deberá ser, como hasta ahora, cancha donde juegan puros hombres.