viernes, marzo 01, 2013

Anunciar en el desierto
















Al lado de una carretera rural de La Laguna vi este heroico anuncio. Me estremeció su soledad, su indefensión, su color chillante en medio de la nada. Al verlo así bajé del coche y le tomé la foto. Miré alrededor y vi un cuartito de adobe como a cien metros, y más allá, al fondo, la estepa lagunera y los cerros pelones, como siempre. No es por nada, pero me sentí Abundio Martínez pasando por Comala, como en la puerta del Purgatorio. Me hubiera dado gusto tener necesidad de cemento o de cal, para ver quién se aparecía a venderme esos productos. Nada ocurrió. Bajé, tomé la foto, volví al coche y el anuncio quedó allí, solo y estoico.