jueves, junio 14, 2012

Entrevista a Lezama Lima



Siempre he sostenido que el género más útil para el escritor es el género de la entrevista. Me refiero a la entrevista leída, al diálogo que entabla el buen periodista con el escritor admirado. Gracias a este género pude acercarme desde muy joven a las ideas de aquellos poetas, cuentistas y novelistas que sin querer, porque así es la entrevista, dejaban ver o entrever sus opiniones sobre cualquier tema. Allí, en esa esgrima de palabras, hallé claves, secretos revelados, puertas que se abren hacia la mejor inteligencia de sus obras y, por qué no, hacia la propia escritura del que lee cuando quien lee es un escritor en busca de sentido.
En la entrevista que aquí ofrezco, José Lezama Lima expone una parte de su experiencia y sus nociones literarias a Jean Michel Fosey. Lo hace con su peculiar, con su deslumbrante estilo oral, mezcla de incandescencia intelectual y relampagueante poesía.
En estas páginas aparece la famosísima autodescripción de Lezama, pincelada que no resisto la tentación de citar: “Aquí estoy en mi sillón, condenado a la quietud, ya peregrino inmóvil para siempre. Mi único carruaje es la imaginación, pero no a secas: la mía tiene ojos de lince. Son ya pocos los años que me quedan para sentir el terrible encontronazo del más allá. Pero a todo sobreviví, y he de sobrevivir también a la muerte. Heidegger sostiene que el hombre es un ser para la muerte; todo poeta, sin embargo, crea la resurrección, entona ante la muerte un hurra victorioso. Y si alguno piensa que exagero, quedará preso de los desastres, del demonio y de los círculos infernales”.
Las seis páginas que ofrezco, decoradas por cierto con ilustraciones del gran René Portocarrero, fueron tomadas de la Revista de la Universidad de México, volumen XXXI, número 12, agosto de 1977, cuya portada (con Nabocov en verde) remata el post anterior a éste. En la primera página detecté dos erratas graves: Vargas Llosa define a Lezama como “conversador fascinante”, no como “conservador fascinante”. Poco después, en lo que ya cité, la RUM dice: “crea en la resurrección”, y debe ser como yo cito: “crea la resurrección”. Despachadas estas dos salvedades, he aquí la entrevista escaneada para ustedes por su servidor.