sábado, agosto 07, 2010

Preguntas de Bunge (IV)



La cuarta serie de preguntas de Mario Bunge se relaciona con el área de lo cultural. Recuerdo que estas preguntas también sirven para tener una noción más o menos próxima sobre el grado de subdesarrollo de un país, pues tal es el tema del ensayo 90 del libro 100 ideas. Recuerdo asimismo que soy yo el que responde, pero puede ser cualquiera.
“¿La nación tiene religión oficial?” No, sólo mayoritaria, la católica. “¿La educación esta sujeta a influencias políticas o religiosas?” No de manera marcada, y menos en el terreno de lo religioso. “¿Esta prohibido besarse en público?” No, sólo sé que algún ayuntamiento de la ciudad de Guanajuato prohibió en cierto momento los besos en el ¡Callejón del Beso!, lo que equivale a prohibir comer en un restaurante. “¿Se persigue a los homosexuales?” No abiertamente, aunque sí hay un acoso simbólico/satírico sobre todo desde la televisión abierta; en los años (y se puede decir que en los meses) recientes los homosexuales han conseguido avances significativos en materia de respeto a sus derechos. “¿El porcentaje de analfabetos funcionales supera el 20%?” Ignoro el porcentaje; más, ignoro si lo hay, pero a ojo de buen cubero puedo afirmar, casi categóricamente, que es muchísimo mayor del 20% si entendemos que el analfabetismo funcional es la capacidad de leer y escribir sin que eso implique la de entender, interpretar, discernir, juzgar asuntos un poco más complejos y presentes en la vida cotidiana.
“¿La enseñanza primaria y la secundaria son de hecho optativas?” No, son obligatorias, lo que suma nueve años de estudio; en países más desarrollados la parte obligatoria de la educación puede llegar hasta los 14 años (de estudio). “¿Hay un número insuficiente de escuelas técnicas (vocacionales)?” Sí, es insuficiente; pese a que desde hace muchos años ha crecido la infraestructura educativa en México, siguen faltando más escuelas de en todos los niveles y de todos los tipos, sean técnicas o no. “¿Las que hay son de mala calidad?” Sería injusto decir que sí, pues la competencia del técnico mexicano es indiscutible y casi natural; el problema más grave es la cantidad, no tanto la calidad (entre paréntesis recuerdo que hace relativamente poco di un breve curso en un Cecati local; quedé francamente impresionado ante la experiencia de los maestros y la facilidad con la que aprenden una o varias técnicas los estudiantes mexicanos).
“¿El porcentaje de los alumnos que abandonan la escuela primaria antes de terminarla supera el 10%?” Es menor a ese porcentaje; la deserción se acentúa en zonas depauperadas y con escasa y lejana infraestructura, como Guerrero, Oaxaca y Chiapas. “¿Los docentes reciben sueldos y pensiones insuficientes y sin la regularidad de los militares?” Los maestros oficiales tienen mejores ingresos y prestaciones que muchos otros profesionales en México; son, por supuesto, también insuficientes, pero tienen una retribución segura y no tan mala como en otros países de América Latina.
“¿Las escuelas son meras colecciones de aulas?” Por lo común, las escuelas populares tienen aulas, una cancha de usos múltiples, algunas oficinas y quizá laboratorios; no cuentan con una infraestructura lujosa en general, pero es lo mínimo suficiente para que los alumnos desarrollen sus capacidades; recientemente muchas escuelas han sumado aulas de cómputo. “¿Se carece de escuelas de capacitación de adultos?” Sí. “¿Hay pocas bibliotecas públicas?” Sí, son pocas, con material insuficiente y sin tecnología. “¿Se venden menos de diez libros por año y habitante?” Sí, menos; en materia de libros y lectura los promedios mexicanos son lamentables. “¿Las universidades son fábricas de diplomas?” Pocas no son eso; la investigación científica, tecnológica y humanística no es prioridad y muchas universidades sólo reiteran (refritean) un conocimiento que a la larga, tras ser mínimamente comprendido, amerita al alumno para un diploma. “¿Casi toda la cultura científica, técnica y humanística es importada o imitada?” Se puede decir que sí, que todo en ciencia y tecnología es fuereño; en humanidades hay algunos nichos importantes de investigación, pero pocos.