jueves, julio 29, 2010

Contra el toreo



Aunque lejano, no es pequeño el triunfo, o así se siente, de la abolición de las corridas de toros en Cataluña. Para quienes hemos opinado alguna o varias veces en contra de “la fiesta”, la votación en el Parlament es un motivo de alegría que permite imaginar un futuro en el que ese tipo de barbarie organizado y festejado contra los animales sea prohibido por las leyes de todos los estados. Suena a mucho, es mucho, pero Cataluña no es poca cosa como ejemplo de civilización y es previsible que otras regiones del mundo sigan el mismo derrotero.
Luego de meses dedicados al debate, ganó con 68 contra 55 votos el “no” a las corridas. Los periódicos del mundo reprodujeron la noticia porque se trata de una prohibición que pega en el blanco de algo que, se supone, atañe a una de las tradiciones culturales más arraigadas de la importante España. No basta, creo, que una actividad tenga siglos de práctica en un lugar y sea un rasgo señalado de su identidad para que tenga derecho a existir. El toreo es una actividad cruel y desigual en la que los toros sacan en proporción mayoritaria la peor parte, de ahí que sus promotores sólo puedan usar argumentos abstractos para defenderla: arte, legado cultural, valor, nobleza, fiesta, dígase lo que se diga nada de eso repara en el hecho concreto de aniquilar programada y festivamente a un animal en desventaja permanente por el simple hecho de serlo.
El País recogió ayer una serie de opiniones sobre la prohibición. La voz de taurinos y antitaurinos fue escuchada hasta el último momento; todo el polvo que levantó la polémica se convirtió, con el paso de los meses, en un paradigma de democracia cuyo desenlace no deja satisfechos a muchos, claro está, que ahora no pueden reclamar sesgo o manipulación de un voto que responde al interés de la generalidad: al menos en Cataluña, la mayor parte de la población no simpatiza ya con las corridas, lo que se vio expresado en el parlamento y sanseacabó. A continuación, cito las reacciones de algunos grupos dedicados a la defensa de los animales (nótese su felicidad):
El Refugio: Voluntarios de la organización sin ánimo de lucro El Refugio, dedicada a la prevención y denuncia del abandono y maltrato de los animales, se han mostrado “eufóricos” con la prohibición y han solicitado que haya debate “ya” en Madrid. “Es el principio del fin, el debate hay que traerlo a Madrid ya”, ha manifestado el presidente de la organización, Nacho Paunero, impulsor de la Iniciativa Legislativa Popular en la Comunidad de Madrid, que presentaron la semana pasada en el Parlamento madrileño.
Equanimal: La prohibición de los toros en Cataluña “es un gran paso para la sociedad española” y supone que “estamos entrando ya en el siglo XXI”, ha dicho el portavoz de la Fundación Equanimal, Alessandro Zara. “Es un día histórico porque por primera vez un parlamento ha utilizado un sistema democrático para evitar la financiación pública del Gobierno para el maltrato animal”, ha asegurado Zara en la Puerta del Sol, en Madrid, donde varias organizaciones antitaurinas se han reunido a mediodía para celebrar la votación.
Ecologistas en Acción: Ecologistas en Acción ha felicitado al Parlamento catalán “y a todos los habitantes del Estado español” por la prohibición, práctica [la tauromaquia] que critica por considerar que se basa “en el desprecio hacia los derechos de los animales y el disfrute con la tortura”.
ANDA: La Asociación Nacional para la Defensa de los Animales ha aplaudido la decisión del Parlamento de Cataluña por considerarla “un avance en la abolición” de esta práctica “a nivel nacional”. El portavoz de ANDA, Alberto Díaz, ha celebrado además que se haya tomado esta decisión “en una comunidad con una población importante en cuanto a número de habitantes y con un nivel cultural muy alto”.
Lo dicho: aunque lejos, el voto de Cataluña también alegra acá.