domingo, febrero 28, 2010

Algunas viquedades



Ya hice un repaso sucinto de la capacidad microrrelatística de Fabián Vique, argentino con quien trabé amistad en 2007, eso durante unas jornadas literarias celebradas en Tucumán. Cada que puedo vuelvo a su blog y la verdad nunca salgo de allí sin un hallazgo. Por eso, y aunque ya lo hice con énfasis hace varios meses, recomiendo De las aves que vuelan me gusta en chancho, nombre oportuno para un blog que no está de acuerdo con la imaginación estándar. Con esta entrega comienzo una serie de palmadas en la espalda de varios blogs amigos, una modesta forma de hacerlos más visibles ante quienes tienen todavía la fortaleza de viajar en esta Ruta Norte. Lo que haré es simple y dominical: ubicaré la dirección internética y citaré los trabajos que puedan caber en este espacio.
Los microrrelatos y los micorpoemas y los microtextos de Vique son poderosamente sugestivos, como éste que me parece de antología, uno de los mejores que he leído en mi vida; su título es “Nominados”: “‘Todos son ñires’, le informa el guardaparque a Obdulio. Obdulio se acerca a uno de ellos, le acaricia la corteza y le susurra: ‘Mirá vos, Che, los nombres que nos han puesto’”.
“Nuevas tecnologías”: “Hay un curioso fenómeno: ciertos individuos se niegan rotundamente a utilizar alguna novedad tecnológica, llámese celular, internet o lo que fuere. Son fervientes militantes de un ‘no’ romántico.
Años después, cuando el aparato, sistema o herramienta se naturaliza y forma parte de la vida cotidiana de todo el mundo, ellos los incorporan, pero no así nomás, como el promedio del vecindario, sino de un modo exagerado, casi fanático, como si quisieran reparar un daño infligido contra su mismidad. Capaces se vuelven de no ir a un asado por mirar el Facebook”.
“Sin título”: “Un médico sin título le abrió el pecho sin anestesia a un hombre sin corazón.
—¡Pero usted no tiene corazón! —protestó, al ver el hueco, el facultativo sin facultad.
—¡Con razón! —razonó el descorazonado paciente.
—¿Y ahora qué hacemos?
—¿Y yo qué sé? Usted es el cirujano.
—Ma sí, yo cierro y listo.
—Sí, mejor así, no quisiera un final abierto”.
“De las aves que tienen gripe porcina”: “Pese a los rumores (creados por voces maldicientes), está prácticamente descartada la posibilidad de que la lectura de este blog transmita al lector gripe porcina o aviar”.
“Cómo ganar las elecciones”: “Sin ser un experto en la materia, me atrevería a afirmar que (este comienzo es ideal para prologar cualquier hipótesis disparatada) nuestra sociedad es predominantemente paranoica.
Para alzarse con el triunfo, EL CANDIDATO debe fomentar en el elector la idea de que EL OTRO le está robando o planea robarle todo lo bueno que él y su país producen o poseen (bondades sobre las cuales no se debe expresar la mínima duda).
Una vez recontados los votos, los electores festejarán el fin de un peligro y EL CANDIDATO beberá champán.
¡Salud!”.
“El otro Guiness”: “Cuando se sabe cerca del final, la lombriz incandescente de Paranacito emprende el camino hacia el centro de la Tierra. El fin le llega mucho antes porque la ruta es larga y además el suelo se va poniendo cada vez más duro. Pero sería canallesco medir sólo el resultado y no considerar la intención”.
“Pregunta de difícil respuesta”: “Si de una montaña empezara a salir sopa, ¿qué habría que hacer? ¿ir hacia ella con un plato y una cuchara? ¿agregarle sal? ¿negarse a tomarla y encerrarse en el cuarto?”.
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Nota: en la imagen que encabeza este post, Fabián Vique, Luisa Valenzuela, Hugo F. Bauzá, Fernando Valls, Lauro Zavala, Irène Andres-Suárez, Paqui Noguerol y Miriam Noemí Di Gerónimo departiendo en la estancia “Los Cuartos" de Tafí del Valle, Argentina, 2007. Tomé la foto con mi hoy exhausta Fuji.