viernes, julio 24, 2009

Desastres de la CFE



¿Para qué certifican a las empresas si de todos modos son mexicanas y se comportan como tales? ¿Para qué demonios sirven esas vainas del ISO chorrocientosmil? No entiendo y cuento. Hace unos meses un amigo filósofo me cuestionó burlonamente, con toda su genial trascendencia, sobre ciertos textos míos relacionados con las minucias de la vida cotidiana. Algo sobre cobros abusivos de Simas o Telmex, no recuerdo. El amigo filósofo, a risotadas, dijo: “¿A quién le importa lo que te cargaron de más en Telmex?” Pues sí, a nadie debe importarle eso, pero hay un detalle que tal vez no ha pensado mi amigo inteligente: si lo que me pasa a mí le ocurre a miles de mexicanos, creo que no es ocioso abrir cancha, de vez en cuando, a esos temitas vinculados a la supervivencia en nuestro reino salvaje. Y es lo que deseo contar hoy aquí, en lo que me queda de columna y con lo que me queda de columna (ya verán por qué digo lo que digo).
Vivo en una colonia de clase media y relativamente vieja, en Torreón. Digamos que radico cerca de la así llamada plaza del Eco. Pues bien, durante varias semanas de esta temporada de calor, mis vecinos y yo hemos padecido cortes abruptos del suministro de energía eléctrica. Tras un tronido bestial del transformador, la electricidad nos abandona y es entonces cuando los vecinos salimos a la calle con dos objetivos: para ver qué pasa y para evitar el sofoco en el interior de las casas. Eso ocurrió siempre de noche, no sé si casualmente, durante tres domingos seguidos, un jueves y algún otro día: cinco veces en menos de un mes, casi como si fuera una rutina. Por supuesto, la cuadrilla (de dos) trabajadores de la CFE llegó y reparó el desperfecto, lo que consistió básicamente en bajar fusibles con una pértiga, repararlos y volverlos a su sitio. Lo bueno es que siempre solucionaron rápido el problema; lo malo, que el apagón ocurría cada vez más seguido. Los vecinos (entre los que está, por cierto, mi amigo Joel Cobos, conductor de noticieros en radio) y yo les preguntamos a los trabajadores de la cuadrilla por qué pasaba eso, y ellos nos respondían que la línea quizá estaba sobrecargada y el transformador ya no daba el ancho. Algo así. Nos recomendaban llamar a la CFE, para que allá vieran el procedimiento a seguir.
Al fin, el miércoles 22, varios trabajadores se apersonaron en el lugar y comenzaron las labores de cableado nuevo. La verdad no sé qué tanto hicieron, pues no soy técnico y además estaba fuera de la ciudad. El jueves, o sea ayer, por la mañana regresé a casa y lo que hallé fue digno de pena, de horror, de rabia y de una disculpa de parte de la CFE para los vecinos y principalmente para mí. Cómo no, si la cuadrilla de expertos que arregló el desperfecto eléctrico hizo muy bien su chamba, lo que agradezco, celebro y felicito, pero al mismo tiempo dejó el exterior de mi casa convertido en un muladar. No exagero ni bromeo: un muladar. Bajé del taxi con mi familia y azorado, jetiabierto, desconsolado, vi el espectáculo de la mugre que es capaz de dejar una cuadrilla de trabajadores a los que no les han indicado que trabajan para la gente, no para los cochinos. Los han instruido para arreglar un desperfecto eléctrico, pero no para respetar el espacio donde deben trabajar. Tengo un enorme respeto por los trabajadores, me identifico con quienes meten lomo y manos a la vida para ganarse el pan, y por eso no puedo callar esa falta de respeto contra la ciudadanía, contra el mínimo buen gusto de respetar el espacio de otro trabajador que, como ellos, se gana el pan a pujidos y no merece que sus colegas trabajadores lo pisoteen así, con basura de todo tipo: latas, botellas de plástico, bolsas de frituras, colillas de cigarro, trozos de alambre, servilletas, limones partidos para la chela y todo tipo de marranadas más. Dejaron incluso un vacío megacarrete de madera, de esos que sirven para enrollar cable. Destrozaron además la línea telefónica, abrieron un pozo y dejaron tierra regada aquí y allá. No tengo ayuda, así que pasé limpiando la mañana del jueves, por eso digo lo de mi columna y lo del embustero ISO.