viernes, septiembre 19, 2008

Terror sin discurso



De pasadita mencioné ayer a dos grupos terroristas emblemáticos en la información mundial. Uno de ellos, el peruano Sendero Luminoso, cayó en desgracia con la captura de su líder, Abimael Guzmán Reynoso, en 1992. El otro, la ETA, se mantiene al acecho en la clandestinidad, siempre amenazantes sus bombazos contra la sociedad española. No son los únicos, por supuesto, que dibujan el mapa del terrorismo mundial, pero son los que más presente tenemos dada la cercanía cultural que guardamos con los países que han sido víctimas de sus ataques. En ambos casos, su acción indiscriminadamente violenta, injustificable dígase lo que se diga, se basa en discursos que inspiraron o inspiran a sus seguidores. La teleología o el fin que persiguen suele ser hermoso; los medios, no, rotundamente no. Al contrario, son tan violentos que anulan cualquier adhesión sensata, pues no se puede ascender al paraíso social con la brutalidad sin coto como única escalera. Bastante de locura se requiere para aceptar ese discurso como válido, pues por mucha ideología que encierre obliga un uso de la fuerza desparramado al azar, más para causar terror y sumisión que orgullo y adhesión. Los grupos rebeldes latinoamericanos, por ello, siempre han pintado una raya: de este lado, la guerrilla; de aquél, el terrorismo, pues la gran partera de la historia no trae nada bueno al mundo si antes de recibir al nuevo ser golpea delirantemente el organismo que lo contiene. Esa es la razón por la que ciertos gorilatos (recordemos los casos ya históricos de Rafael Leonidas Trujillo y Efraín Ríos Montt en Dominicana y Guatemala, respectivamente) operaron masacres contra civiles para achacar artificiosas culpas de terrorismo a sus enemigos políticos, sabedores los mencionados milicos de que nadie en su juicio obtiene respaldo popular tras ejecuciones sin ton ni son contra civiles.
La ficha breve, wikipediera, de Sendero Luminoso, resume su fondo ideológico: “Sendero Luminoso (cuyo nombre oficial dice ser Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso, PCP-SL), es una organización terrorista peruana de tendencia maoísta. La meta de Sendero Luminoso era reemplazar las instituciones burguesas peruanas con un régimen revolucionario campesino comunista, presumiblemente iniciándose a través del concepto maoísta de la Nueva Democracia. La ideología y las tácticas de Sendero Luminoso han tenido influencia sobre otros grupos insurgentes de corte maoísta como el Partido Comunista de Nepal y otras organizaciones afiliadas al Movimiento Revolucionario Internacional. Ampliamente condenado por su brutalidad, que incluye violencia aplicada contra los campesinos, dirigentes sindicales, autoridades elegidas popularmente y la población civil en general, es considerada una organización terrorista por el gobierno del Perú, además de la Unión Europea y Canadá, los cuales prohíben proveerle de fondos u otro apoyo financiero”. Parecidamente, la ETA basa sus métodos en fervores nacionalistas: “Euskadi Ta Askatasuna (en español, País Vasco y Libertad), conocida por sus siglas ETA, es una organización terrorista, autodeclarada independentista y nacionalista vasca que invoca la lucha armada como método para obtener sus objetivos fundamentales en los que se encuentra de manera prioritaria la independencia de lo que el nacionalismo vasco denomina Euskal Herria de los estados de España y Francia. Para ello utiliza el asesinato, el secuestro, la extorsión económica tanto en España como, ocasionalmente, en Francia”.
En ambos casos, como vemos, hay un motor ideológico, una fuerza política que entraña gran peligrosidad, pues se traduce en fundamentalismo político. La primera muestra de terrorismo en México carece de eso, por suerte, de ahí que nadie haya reivindicado el acto. No hay política detrás, entonces. Es simplemente una canallada, el uso atrabiliario de la intimidación por dinero, por cochino dinero.