viernes, junio 13, 2008

Carta sobre la talacha nuestra de cada día


o
Me llegó una carta de esas que enorgullecen y, al mismo tiempo, sonrojan gratamente. Muerdo el rebozo y, con autorización del autor, la reproduzco:

De talacha literaria y palíndromos
Luis Felipe Rodríguez

En su columna Ruta Norte del domingo 25 de mayo publicada en La Opinión Milenio, el escritor Jaime Muñoz, comentaba los avatares a que se vio sometido en una semana de arduo trabajo —talacha J. M. dixit— por cumplir con las actividades que su oficio literario le demanda. Como un Monsiváis lagunero, su don de la ubicuidad es asombroso —se sospecha que tiene varios clones—. Su incansable labor no se circunscribe al oficio literario (escribe cuentos, novelas, reseñas, crónicas), es editor, catedrático, mantiene una columna periodística, un blog, presenta libros, da conferencias, es su propio agente literario. No hay revista lagunera de calidad que se resista a tenerlo como huésped distinguido (Acequias, Estepa del Nazas, Fragua, Nomádica), colabora en otras publicaciones fuera de la región, ha sido multipremiado y es auque a él no le guste ser “ajonjolí de todos los moles”, lo es de hecho. Ni modo, se lo ha ganado a pulso. Jaime Muñoz se ha convertido junto con Saúl Rosales, en una referencia obligada de la buena literatura lagunera con calidad nacional e internacional.
Jaime Muñoz reflexionaba en su artículo “Por amor a la talacha”, como a pesar de estos monumentales esfuerzos en pro de la cultura lagunera, no existe aún una compensación monetaria decorosa, que permita a los creadores sobrevivir con dignidad en beneficio de la cultura regional. Si bien existen becas, premios, apoyos mínimos de las instituciones culturales regionales, la magnitud del actual “boom cultural” que vive La Laguna, no ha tenido su correspondiente avance en materia de compensación monetaria y reconocimiento a los creadores. Sobra decir que el auge cultural que vivimos ha sido posible en buena medida por la perseverancia de gentes como Jaime Muñoz y Saúl Rosales entre otros.
Ya Carlos Castañón señalaba en Luna de enfrente del viernes 30 de mayo, en su artículo “La industria cultural en Torreón”, la relativa bonanza de la cultura lagunera, en especial de los museos, y reflexionaba sobre las posibilidades de que la cultura, sin perder su objetivo básico, puede llegar a constituirse en la región como una fuente de ingresos que le permita su propia retroalimentación y crecimiento, como sucede en otras regiones y países. También José Lupe González en su periódico cultural Kiosco, hacia referencia a la necesidad de que se revalorice el trabajo literario, sobre todo en los medios impresos y electrónicos con mayores recursos financieros.
Detrás de cada poema, crónica, reseña, cuento, articulo, ensayo y reportaje, hay un buen número de horas de reflexión, de lecturas previas, de redacción, de corrección, etc., que sumadas —siguiendo la lógica del viejo Marx—, serían horas de trabajo abstracto, que se van a materializar en una obra cultural concreta. Por lo cual todo escrito esta impregnado de valor que difícilmente es apreciado como tal, y que los creadores hacen bien en ponerlo en el tapete de las discusiones, Existe de alguna forma una extracción de plus valor que escapa de las manos del creador. A veces se queda en manos de la comunidad a veces no, a veces queda en manos de la industria cultural que señalaba Castañón. Sirvan pues estas líneas como una contribución mínima a la discusión que esta pendiente, sobre este proceso incipiente de revaloración y redimensionamiento del trabajo intelectual lagunero.
Y como reconocimiento a la labor incansable de Jaime Muñoz, van estos palíndromos a su salud:

Gol, blog
La ruta norte, metro natural
Desamar temía Jaime, trama sed
O su polisemia, Jaime si lo puso
Ama el arte, la letra le ama
Ateo poeta


Luis Felipe Rodríguez:
luferod@hotmail.com
Economista, nacido en Torreón (1956). Ha colaborado en los principales diarios locales, y en revistas y periódicos universitarios con artículos, reseñas y ensayos sobre temas culturales y de interés general.

N. del E. La imagen que encabeza el post es un dibujo digital, en Paint, de mi hija Ivana, de seis años. Con una hermosa falla ortográfica, lo tituló "Cuvos". No le pide nada a Mondrian.