sábado, junio 30, 2007

Realitys y triunfos

Esta semana recibí dos cartas motivadas por sendas columnas: la del miércoles, dedicada al nuevo programa televiscoso que tiene como eje al grupo Timbirieche, y la de ayer, referida al premio Rómulo Gallegos obtenido el martes por Elena Poniatowska. En ambos casos, mis amables interlocutores son dos académicos a los que aprecio y respeto. Sus opiniones me parecen muy interesantes, y complementan con gran tino lo que ya no pude decir por falta de espacio y/o de competencia. Los cito.
Heriberto Ramos, especialista en administración de alta escuela, lector/colaborador asiduo de la revista Expansión, me dice sobre el reality de Televisa: “Leí tu nota hoy en Milenio; estoy de acuerdo, es degradante. Tú mencionas el ‘qué’, te comento dos cosas para explorar el ‘por que’.
1. ¿Qué canal de televisión tiene más utilidades, MTV o Animal Planet? MTV vende más, pero sus costos son más altos porque tiene que pagar sueldos y regalías a artistas consagrados para los videos; Animal Planet vende menos, pero los animales no cobran.
Televisa y TV Azteca tienen en sus realitys un modelo de negocio con lo mejor de ambos mundos, a este público (y a los anunciantes) le venden como si fuera MTV, pero a los chavitos les pagan como animales. Resultado: ganancias exorbitantes.
2. La frase de Azcárraga ‘hago television para jodidos’ ha sido muchas veces citada, pero existe otra en su biografia no autorizada (libro El Tigre) donde a la comunidad inversora de Wall Street (1991), con motivo de la emisión de acciones de Televisa, le dijo: ‘En Televisa hacemos Madonnas cada semana, y así las desechamos”.
Así pues, el negocio es degradar a los jóvenes, a los que quieren ser superestrellas, y a los que los ven por tv”. Hasta aquí la opinión de Heriberto Ramos.
Luego, ayer, Édgar Salinas Uribe, maestro y periodista, me mandó un breve mensaje sobre el último parrafito de la columna en la que comenté el premiazo de Poniatowska (“Un día antes del triunfo nacional contra Brasil en Venezuela, México hizo allá algo todavía más importante: ganó el Rómulo Gallegos 2007”). “… coincido, Jaime, México ganó algo más importante con el Rómulo que con el triunfo sobre Brasil. Claro, los 100 mil dólares para doña Elena son pocos comparados con los millones que le pueden redituar a Nery Castillo por haber osado decirles a los brasileños qué es jugar futbol. De uno y otro triunfo, a la masa nos queda el festejo, el recuerdo y poco menos que nada, en términos monetarios”. Pues sí. Y pese a eso, creo que todo triunfo mexicano vale. El chiste es no resaltar nomás los éxitos futboleros, que por otro lado han sido, como bien lo sabemos, escasos.

viernes, junio 29, 2007

Rómulo de Elena

Seguramente lo recordamos: en enero de este año vino Elena Poniatowska a Gómez Palacio. La autora fue invitada a presentar el que en ese momento era su libro más reciente: El tren pasa primero. La sede fue el Teatro Alberto M. Alvarado y tuve la suerte (la suerte no: el privilegio) de reseñar públicamente ese libro con todos los elogios que le cupieron a mi faltriquera.
Seis meses luego, Poniatowska se ha hecho acreedora al premio más importante que un novelista de lengua castellana pueda obtener en las letras de nuestro continente espiritual y de España: el Rómulo Gallegos. Quizá ese galardón ya no haga el ruido que hace años lo prestigió tanto, pero sigue siendo la máxima presea literaria de América Latina, casi el Novel de los novelistas que escriben en español.
Es otorgado cada dos años, lo sabemos, no por trayectoria, sino por novela publicada, así que aquí no hay problemas con la seudonimia y el secreto: los jurados saben a quién premian y cuando se declara al ganador la gente conoce ya el libro que se agencia la victoria.
El “Rómulo”, como a secas solemos llamarlo, ha sido ganado por escritores tan grandes como Vargas Llosa, Fuentes, Del Paso, entre otros. Su monto actual en metálico suma los nada despreciables 100 mil dólares, pero su valor más importante es distinguir con la presea que lleva el nombre del máximo escritor venezolano a una novela que tenga méritos indiscutibles.
El tren pasa primero, como lo comenté hace seis meses, es un proyecto narrativo de poderoso aliento. Aborda el tema de la lucha sindical ferrocarrilera que el líder Demetrio Vallejo encabezara a finales de los cincuenta. La novela fue publicada por Alfaguara, y supongo que tras el Rómulo volverá a tener presencia en anaqueles. Es un libro que recomiendo por sus propias virtudes, sí, pero más porque su autora nos ha mostrado persistentemente que el ejercicio de las letras no está reñido con la participación decidida, explícita, en causas de la gente que por lo general no tiene voz para expresar lo que le ocurre.
Triunfadora, sensible, luchona, cordial y hasta afectuosa, esa es la imagen que nos dejó Poniatowska en su visita de hace algunos meses. No olvido mi escepticismo inicial, el prejuicio que cargaba antes de conocer a esta figura, y luego mi sorpresa ante esa amabilidad hecha mujer. En el programa de Olla de grillos, en la presentación del Teatro, en la comida posterior Elena Poniatowska nos demostró a todos que sus libros, como quería Montaigne, son ella misma.
Un día antes del triunfo nacional contra Brasil en Venezuela, México hizo allá algo todavía más importante: ganó el Rómulo Gallegos 2007.

José Ángel excavador

No les vendría mal un poco más de eco a los afectados por las (s)obras viales emprendidas durante la actual administración municipal. Por culpa de ellas, por su lentitud y su caos, debe responder el alcalde José Ángel Pérez Hernández, no su vocero estrella, Rodolfo Walss Aureoles, ni su director de obras públicas ni mucho menos su directora de comunicación social por medio de aparatosas campañas detergentes. Desde el punto de vista técnico podrá explicarse que la situación está bajo control y que las demoras y la desorganización responden a las contingencias naturales que generan acciones públicas de importancia. Basta darse una vuelta por la ciudad, y basta sobre todo conversar un poco con la gente de la Madero, por ejemplo, para certificar que ha sido un crimen de lesa tranquilidad el irritante merequetengue que les ha impuesto la despiadada presencia de excavadoras.
Está bien, sin duda, que haya obra pública, y casi todos los gobiernos municipales saben que gran parte de su prestigio va en juego con la buena o la mala administración de las vialidades. José Ángel Pérez, por ello, ha metido demasiadas fichas a esa apuesta, y la va perdiendo, pues no hay ciudadano que honradamente juzgue acertado el trabajo del alcalde en ese rubro. Insisto: hay que darle voz a los vecinos de las calles “remozadas” para testimoniar el parecer incontrovertible de quienes, sin deberla, pagan por semanas enteras los platos rotos de la pésima organización. Si es riesgoso bombardear calles, si se pierde mucho prestigio en caso de que las obras avancen con demora o queden mal, no entiendo por qué Pérez Hernández desatiende el problema y no lo pone en el casillero de los prioritarios.
Digo que no entiendo, pero debería decir que sí, y tras ello traer a cuento el asunto de su promoción en busca de la gubernatura. Tiene derecho a soñar con ella, a lo que no tiene derecho es a mezclar los graves asuntos de la administración municipal con los frecuentes viajes (y supongo que también las recurrentes juntas) que buscan “posicionarlo” (palabrita cara a los publicistas de pacotilla) ante el electorado de Coahuila.
La demanda que le hago al señor alcalde es elemental: su mejor plataforma, si quiere ser gobernador, es el servicio de cuerpo y alma enteros a los torreonenses. Nosotros lo elegimos (bueno, yo no, pero así se dice) y por nosotros debe ser el primero en la fila de la administración municipal. Encargar a otros el changarro, dejar que la cosa se haga bolas por acá mientras él farolea por la entidad, es de su parte casi una exigencia para que no lo votemos, sino lo botemos, en caso de que consiga la candidatura.

miércoles, junio 27, 2007

Degradar al joven

“Si los jóvenes fallan, todo fallará”, dijo alguien que supo entender como pocos a los jóvenes de un pueblo combativo. O sea que, si nos atenemos a lo difundido por el canal de las “estrellas” durante la tarde-noche del domingo pasado, todo en México fallará debido al narcótico de la imbecilidad que la tv ha inoculado a los jóvenes mexicanos. Fue un espectáculo excrementicio, la cosa más horrenda que en materia de estupidez se pueda difundir por la pantalla enervante. Adrede lo vi a pedazos, a retazos, para comprobar que, pellizcara donde pellizcara, el cuerpo del programa era carroña, comunicación putrefacta, información ruin para el ya de por sí maltrecho teleadicto.
Me refiero, por supuesto, al nuevo reality que merdifica ahora las tardes del domingo en el canal as (¿ass?) de la tv mexicana. Su nombre es “Buscando a la nueva Banda Timbiriche”, y consiste en presentar semana tras semana a varios jovencitos que apetecen triunfar en el mundo del show business. Lo harán en este caso si logran pasar varias aduanas para convertirse en clones trasnochados de los genuinos timbirichos.
Más allá del estulto propósito, vale la pena recorrer las partes del concurso, arrimarse aunque sea tantito a esa mequetrefe forma de sancochar estrellas en el canal de las supuestamente ídems. Porca miseria, qué malvado método de engatuzar a inocentes con el cuento mandarín del éxito luisdellanesco. Pero veamos. En un escenario decorado con la luminosa palabra “Timbiriche”, la conductora Galilea Montijo (y aquí es menester gemir un mmm… imprescindible) ataviada con un vestido de señora en boda de rancho, farfulla como dios le da a entender (y le da a entender muy poco) las instrucciones y presenta a los aspirantes. Aparecen, en grupos coreográficos, chamacos de entre quince y veinte años, chicos sobradamente creídos de su galanura y chicas que están en la flor de su putibundez. “Bailan” y “cantan”, imitan la gestualidad de Los Ídolos, pero en todo momento dejan la sensación de que no sirven ni para un karaoke de restaurant-bar. Los observan con atención, graves ellos, como si fueran académicos en un examen de oposición, los timbirrucos originales, quienes luego opinan con una pobreza de vocabulario digna de un ex timbiriche.Lo más chidote viene cuando escuchamos a los jurados expertos: Luis de Llano (autor intelectual del crimen), una señora, un tipo muy amanerado y Marco Flavio Cruz, un payaso sin respeto por sus canas, tan (falsamente) riguroso que su rol de juez es más cómico que JoJorge Falcón ya despeinado y haciendo bizcos. Se me acabó el espacio, pero no para ahorrarle un último calificativo al showcito: degradante.

domingo, junio 24, 2007

Torreón en spam




















Si bien la mayor parte de las cartas basura (spam) que nos llegan al buzón electrónico son eso, basura, unas pocas contienen materiales de interés. No explico mucho por ahora. Sólo diré que me llegó un Power Point escrito con toneladas de errores formales (que aquí enmiendo), pero interesante porque pretende revelar caricaturalmente lo que somos. No creo que haya sido escrito por un fuereño; me parece, más bien, uno de esos curiosos ejercicios de autoflagelación a los que somos tan afectos. No destierro sus groserías, ingrediente fundamental del discurso (¿auto?)denigratorio. Que cada quien saque sus conclusiones, sí, pero no está de más advertir, como lo hubiera hecho Freud, que detrás de toda comunicación hay un resorte. Se podrá pensar, de manera simplista, que quien guisó “Un chilango en Torreón” sólo buscaba agraviar y divertirse. Hay una razón más profunda, por supuesto, y sería muy interesante que un buzo freudiano tratara de encontrar los mecanismos secretos que pudieron motivar la hechura de esta “ofensa”. Desde el punto de vista literario, atisbo en la vulgarota diatriba antilagunera lo que Borges en su famoso poema a Buenos Aires; la odia porque la ama, la ama porque la odia: “No nos une el amor, sino el espanto / será por eso que la quiero tanto”. En fin. Viene un fragmento del despotrique:

Un chilango en Torreón

Torreón no es una ciudad para cualquiera. Aquí sólo viven hombres muy hombres y mujeres muy mujeres. A quienes ya lo conocen, felicidades; quienes no, que sepan lo que van a encontrar. Bienvenidos todos, siempre.
4 de diciembre: Hoy me mudé por fin a mi nueva casa en Torreón, Coahuila. Qué paz hay aquí, todo es tan tranquilo y tan bonito, y sobre todo no puedo creer la belleza del clima. Es increíble que sea una ciudad con tan poca gente. Renté una casa de cuatro recámaras, con una enorme sala, con doble altura y muy buen precio en la Colonia Los Azulejos (aquí les dicen fraccionamientos), que es como la Colonia Nápoles en México, con alberca y toda la cosa.
24 de diciembre: Esto es lo más bonito que he visto en mi vida. Ando haciendo las últimas compras de Navidad en shorts y camisa corta, inclusive traigo un bronceado chingón (ja ja ja, allá en la ‘capirucha’ están a 10 grados), aunque he oído unos comentarios sobre el verano de aquí, no creo que llegue a tanto, han de ser exageraciones... Cómo me gusta Torreón, pienso quedarme a vivir aquí hasta que muera...
27 de diciembre: Vinieron mis parientes del DF a pasar el año nuevo conmigo y están encantados; hacemos carnes asadas en el jardín y tomamos cerveza fría todo el pinche día, además aquí no hay ley seca ni en domingo y puedes sentarte en la banqueta de tu casa como si nada; a mis parientes los llevé a Raymundo, inclusive mis papás ya están haciendo planes para comprar una casa para cuando se retiren; están encantados porque han desaparecido sus reumas y se sienten muy bien, sobre todo están sorprendidos porque aquí no se acostumbra encender la calefacción o chimenea y andas con los vidrios abajo sintiendo el aire fresco... ¡Qué bonito es Torreón!, la verdad... ¡esto sí que es vida!
15 de febrero: Hoy entró un viento cañón, en la noche no podía dormir del ruido. Aquí les dicen ‘las tolvaneras’, qué simpáticos los laguneros con sus palabras domingueras... ¡son a toda madre!
3 de marzo: ayer me compré un automóvil, escogí uno negro con interiores de piel genuina y con el clima que hay aquí bien valió la pena haber escogido la opción con quema cocos, total aquí sí se desquita la inversión, una maravilla; salgo a pasear con mis hijos por la Central, disfrutando de la vista, llegando a Raymundo en veinte minutos... si vieran el río, esto se está pareciendo al mar mediterráneo, hasta estoy muy orgulloso de mi auto, la gente se me queda viendo extrañada, pero ha de ser de pura envidia... 'ches nacos Laguneros, no saben aprovechar sus riquezas naturales...
19 de abril: Acaba de pasar Semana Santa, es la primera vez que veo que llueva y se ponga nublado, pero sólo fue por dos días, ya salió el sol y todo volvió a la normalidad.
4 de mayo: Hoy al medio día sentí un poco de calor, agradable, hasta eso, sudé un poco pues tuve que caminar un trayecto hacia mi auto, pero en cuanto puse el clima me refresqué, como ya estamos a casi mediados de año pues yo creo que este será todo el calor que hará; aparte, apenas y lo sentí y sólo fue un rato a medio día, volví a Parras y lo disfruté mucho.
15 de junio: Ya comprendí por qué la gente me veía raro en mi carro, ¡es un pinche horno el cabrón! No puedo ni agarrar el volante, tengo que subir un trapo húmedo, además ya el doctor me recomendó una pomada para las almorranas por los pinches asientos de piel se ponen como el infierno; la refrigeración tarda mucho en enfriar, ya he cambiado tres veces de desodorante porque el que me pongo nomás no funciona, a los 10 minutos ya huelo a pepenador... lo bueno es que en mi casa tengo aire acondicionado y por lo menos duermo y como a gusto... ¿pues que nunca llueve en este pinche lugar?
09 de julio: Salí para mi trabajo a las 7 de la mañana y ya sudaba como un pinche cerdo. La Hidalgo estaba hasta el copete, con eso de que están arreglando los baches, que son unos pinches cráteres los cabrones, a mi puto auto se le madreó un rin, y por el excesivo uso del aire acondicionado me dejó tirado en un estacionamiento con la batería muerta; cuando fui a cambiarla por otra a las 2 de la tarde, sendos chorros de sudor corrían por mi espalda, ¿ah, por qué a esas horas no hay ni un puto lugar abierto, aquí todos duermen siesta de 2 a 4 de la tarde, huevones hijos de la chingada. Como tuve que cambiarla yo mismo duré tres días en cama con suero por la deshidratación. Cuando mis niños se portan mal los amenazo con sacarlos al parque al medio día. Con una chingada, ¿qué no llueve aquí?
28 de julio: Ayer llovió y lejos de mejorar las cosas las empeoró... ¡este pinche lugar es una vaporera! Casi no puedo respirar, me la llevo encerrado en mi casa todo el fin de semana y para acabarla de chingar me llegaron ¡$8,000 pesos de la luz! Además las pinches calles, como no están preparadas para la lluvia se volvieron albercas públicas, con un hedor, ¡puta madre! ¡Cañón...! Estuve sitiado en mi casa tres putos días porque para acabarla de chingar, llovió de a madres y según dicen que hace 13 años que no llovía en La Laguna (cual pinche Laguna, si ni agua hay). Puta suerte, y aparte los pinches trácalas de CFE me cortaron la luz cabrón, y con este puto calor; ¡ah! pero de seguro que ni se va a notar en el próximo recibo. Mejor me fui al río buscando refrescarme, al fin que ni escuela hubo. ¡Error! Me picó una araña en los huevos, los moscos parecían aviones y el calor hacía que se me derritiera el cu…, no servía el aire acondicionado de la casa que me prestaron, por lo que a las 2 de la mañana no pude más y me regresé con la familia... los niños chillaron y berrearon por todo el camino. Y los pinches laguneros como si nada, hasta tomando cerveza en el Golfito estaban los cabrones... y hasta se ponen jeans! Han de tener los huevos pegados.
12 de agosto: Hoy estuvimos a 45 grados centígrados ¡y eso es a la sombra! El más chico de mis hijos sé cayo en la banqueta y sufrió quemaduras de tercer grado. ¡¿Pero qué es esto?! La gente de aquí cuando se muere no se va al infierno... ¡vive en él toda su chingada vida!
22 de agosto: Ya no soporto más, la gente aquí me dice que aguante, que en noviembre empieza a cambiar el clima; ni madres, ya entregué la pinche casa y me regreso al DF, me vale madre la chamba que tenía. Viva la pinche contaminación y el tráfico, prefiero morir asaltado que quemado en un semáforo del infernal bulevar Miguel Alemán.
¡Que chinguen a su madre el calor y el sol de La Laguna! ¡Y que viva México y sus pinches segundos pisos y el Metrobús, aunque no sirvan para puta madre! ¡Que viva la inseguridad y todos los putos secuestros! ¡Quédense con su pinche eje vial de la chingada! Yo prefiero el periférico...

Adiós, Torreón querido,
de tus cerros me alejo
si vine fue por jodido
y si vuelvo es por pendejo.

Cerros secos y pelones,
un río lleno de cagada
una bola de cabrones
y un calor de la chingada”.

sábado, junio 23, 2007

De estacionamientos

Varios fanáticos de los malls laguneros me han pedido que escriba algo sobre el tema de los estacionamientos en tales megacentros comerciales. ¿Qué puedo decir sobre eso? Muchos hay que son asiduos concurrentes de dichos espacios, y ellos son los que a fin de cuentas tienen una visión más acabada del servicio que prestan los malls como sitios ideales no sólo para el comercio, sino para la socialización, para la convivencia. Pero bueno. Opino.
Inaugurados aquí en el amanecer del siglo, los malls son ya un punto obligado de reunión. Aceptémoslo o no, de cierta franja social (¿media baja?) para arriba, todos se dan/nos damos nuestras vueltas por allí. Si antes nos diseminábamos en bares, cafés, mercados, tiendas de autoservicio y restaurantes, ahora solemos converger con gran frecuencia en los malls; ese simple paseo abre la oportunidad múltiple de disfrutar el consumo, el voyeurismo, la sensación de estatus, el ligue, la seguridad, la consagración de nuestra primavera como ciudadanos del occidente neoliberal.
Pero no tan en el fondo la mayoría de los visitantes al mall están, o estamos, en permanentes apuros económicos, vivimos del crédito, del ingreso hormiga, de ahí que aprovechemos cualquier ahorro o promoción como si se tratara de una espumosa oportunidad. ¿Cuántos no van al mall sólo por una nieve, al cine de los miércoles o simplemente a ver y a que los vean? Muchos, sin duda, y no es ilegítimo que así sea en un mundo que no cesa de bombardearnos con las delicias del gregarismo, de la buena vida y del placer de comprar (aunque no haya suficiente plata en los bolsillos). Así la realidad, pasear por el mall es arrancarle a las carencias un automático mendrugo de estatus, el orgullo de que si bien no vivimos en la opulencia, al menos tenemos la posibilidad de codearnos en un recinto seguro, fresco, iluminado y pletórico de atracciones para los sentidos.
Esa es la razón por la que muchos no ven recomendable la instalación de “plumas” de acceso y salida al estacionamiento de uno de los malls, el de capital lagunero. Hay dos posibles argumentos a favor de la instalación: a) el otro mall cobra el estacionamiento y b) la gente que va allí tiene para pagar eso y más. Trato de rebatirlos amablemente: a) si se trata de copiar, hay que hacerlo con lo que beneficia, no con lo que grava; b) como ya dije, la gente no tiene tanto dinero como el que quiere aparentar, y saluda feliz cualquier ahorro.
No sé si todavía haya tiempo de suprimir ese cobro en el mall de la Cuauhtémoc. Además de los problemas viales de acceso y salida que se evitarían, los laguneros asiduos, de seguro, agradecerían infinitamente el gesto.

viernes, junio 22, 2007

Letras cubanas



Alguna vez Juan Pablo Neyret, amigo/hermano argentino que hoy hace su doctorado en Penn State, me dijo en una carta que nada lo hacía más feliz que recibir paquetes de libros. Se refería en aquel momento a una caja de tenis que le atesté de clásicos mexicanos. Cierto: para la gente de lectura nada es más placentero que recibir, de golpe y a veces sin pedirlo, un tambache de libros que van suministrando placer a medida que salen del recipiente postal. Ese es, sin duda, un vestigio de emoción infantil, de dicha ante el juguete nuevo.
Me pasó ayer, 21 de abril, lo mismo que a Neyret hace algunos meses: recibí un sobre amarillo con cuatro títulos preciosos. Los trajo desde Cuba mi compa Alonso Licerio, quien recién estuvo allá para participar, creo, en un curso de grabado. El gesto de Licerio no tiene abuela: fue a la isla, hizo su trabajo, visitó museos y en medio de todo ese trajín se dio tiempo para buscar, seleccionar, comprar y cargar cuatro libros que me alegraron, pues nunca le voy a cerrar la puerta (ni los ojos) a las buenas ediciones. Uno de esos títulos, debo enfatizar, contiene una sorpresa que rebasa mi concepto del azoro.
Las dos revistas-libro de Casa de las Américas son tan austeras en su diseño editorial como ricas en contenido. Vale más, para mí, la “Edición dedicada a Julio Cortázar”, racimo de textos sobre el argentino que a mi parecer es, no más, no menos, el mejor cuentista latinoamericano de todos los días. El solo índice del volumen apabulla: muchas cartas de Cortázar a Casa de las Américas, ensayos, poemas, flashazos sobre la figura del cronopio mayor. Estupendo material, una pequeña confirmación más del rigor literario que en general se ha perdido en muchas publicaciones y que, por fortuna, en Cuba resiste todavía.
El librito de Alejo Carpentier era desconocido para mí. Alberga 16 colaboraciones carpenterianas a la Revista Casa. Es formidable, y más constatar en una carta que la amistad entre Lezama y Carpentier, a quienes siempre imaginé distantes, fue estrecha en realidad.
El mejor libro del lote es Concierto para la mano izquierda, del totémico Roberto Fernández Retamar. Son ensayos, conferencias, aproximaciones. Licerio sabía lo que quería cuando buscó a RFR para que me dedicara un libro con su letrita de arácnidos pisados. Nunca pensé ver mi nombre escrito por la mano de RFR; de él, a quien le robé unos versos para el epígrafe de mi cuentario Las manos del tahúr: “El hombre recio de tan dura historia / despierta en la noche de Ha Tinh a sus compañeros de habitación / con los alaridos de espanto de su sueño. // El hombre no es de piedra. / El hombre es de hombre”. Perfecto.

jueves, junio 21, 2007

Gengis Hank Jr.

Como casi todos en México, había leído notas sobre y visto fotos de Jorge Hank Rhon, el poderoso hijo del profesor Carlos Hank González, pero nunca había tenido la suerte de ver al célebre heredero en una entrevista televisiva. Ayer en la mañana, sin embargo, pesqué la repetición del diálogo entablado por la periodista Denise Maerker con Hank Rhon, conversación que se dio gracias a la tecnología, pues Hank estaba en Tijuana y Maerker en el DF.
No tengo la grabación de Punto de partida, nombre del programa, pero sí retengo con fidelidad el tono de la entrevista y otros detalles. Hank, vestido con camisa roja y chaleco también escarlata de textura cocodriluna, respondió tranquilamente todas las preguntas. Seguro, dijo que estaba confiado en retener su candidatura al gobierno de BC, y más confiado estaba de ganar. Expresó que le gusta vivir bien, conducir fabulosos coches, comer con lujo, vestir elegantemente, pues para eso tiene mucho dinero habido honradamente. Maerker le preguntó si no era un desafío cercano a la altanería tener como jefe de escoltas al hijo de quien supuestamente asesinó al periodista Héctor “El Gato” Félix, y Hank respondió que aquél es un muchacho que destacó en los cursos de la policía tijuanense, y que sólo por eso lo eligió como encargado principal de su seguridad. Sobre su excéntrico zoológico, el hijo del profesor reconoció que es un gusto caro, pero no tanto como los de otros mexicanos multimillonarios; citó como caso a su “amigo” Emilio (Azcárraga Jean), y dijo que el yate del dueño de Televisa es mucho más oneroso que los animales exóticos.
La única vez que denotó algo de molestia fue cuando la periodista habló sobre su “leyenda negra”; ¿a qué atribuye que se hable mal de usted en la prensa? Hank, astuto, respondió que eso lo deben contestar los periodistas, “no yo”, pues por ejemplo en “esta entrevista se está” hablando de todo, menos de "mi" candidatura al gobierno de BC.
Vago, sereno, con respuestas sinuosas, Hank Rhon es, por lo que oí, un político de los que ya casi no hay. A diferencia de muchos otros que se dan baños de pureza y aparecen siempre como futuros próceres, Hank no deja de secretar cinismo, cierta fanfarronería naca, de millonario con modales desfachatados. Eso, en un ambiente social que venera a los poderosos echones, que se ríe del juarismo y admira la ostentosidad, sin duda tiene impacto en el electorado. Hank Rhon lo sabe, y por eso no tiene empacho en exhibir su aprecio por los coches obscenos, como el Maybach 57 S de 455 mil dólares que estrenó en 2006. Igual a varios de sus animales, el candidato del PRI al Ejecutivo de BC es una especie en extinción.

miércoles, junio 20, 2007

Arte total

Para nadie es un secreto que en la música, en el canto y en el baile los caucásicos se pintan solos. Algo tienen estos hombres que durante siglos se han caracterizado por combinar esas tres manifestaciones artísticas con un vigor expresivo rayano en lo sobrenatural. Verlos, pues, en escena es un privilegio digno de orgullo, casi como haber presenciado el lanzamiento de una nave espacial o la inauguración de un túnel subacuático. Eso fue al menos para mí, que el sábado 16 fui testigo de la presentación, a todo lo que da, del llamado Ejército Rojo.
En general, lo reconozco, asisto con gran escepticismo a las presentaciones foráneas. Es la desconfianza incubada luego de años y años de padecer en esta provincia nuestra muchos espectáculos que, si no son francamente banales, sí suelen relajarse ante la pobre exigencia del público local. El escepticismo del que hablo se ha ido desvaneciendo, también lo reconozco, en la medida en la que cada vez son más y mejores los ofrecimientos artísticos que podemos apreciar ora en el Martínez, ora en el Nazas, ora en cualquier otro lugar, pues con frecuencia para el verdadero profesional no importa el foro, sino el público, tal y como me ocurrió hace algunos meses, cuando en la plazoleta de Galerías Laguna vi gratis un espectáculo de flamenco tan bueno que me resulta inolvidable).
El caso, entonces, del Ejército Rojo, es de veras para contarse. Más de ochenta artistas en escena hacen de las suyas con una categoría basada en los más altos estándares de exigencia. En esos hombres se nota una disciplina distinta a la que conocemos, pues es claro que desean llevar su arte a puntos que sin miedo desafían a la (a su) naturaleza. Si los cantantes deben cantar, cantan demasiado bien; si los músicos deben tocar, tocan demasiado bien; y, sobre todo, si los bailarines deben bailar, lo hacen con una precisión que hechiza, mezcla perfecta de arte, técnica y capacidad gimnástica. Ver en corto a ese grupo de bailarines me hizo comprender por qué los soviéticos solían arrasar en gimnasia olímpica: el acondicionamiento físico al que se habitúan desde pequeños es tres o cuatro o muchas veces mayor al que nos exigimos nosotros.
Y lo mismo en el canto; jóvenes, adultos y algunos ya hasta adultos “mayores” le exprimen toda la belleza posible a las canciones del folclor generado en la ex URSS. Me encontré a Gerardo Moscoso en el intermedio. Le pedí, a él que sabe tanto de esto, su opinión: “Me conmueven estos artistas”. Tiene harta razón, y concluyo: si el arte no conmueve, ¿entonces para qué diablos sirve? Es en síntesis una felicidad haber estado allí, conmovido.

sábado, junio 16, 2007

Desagravio al desagraviador

Una de las características más visibles de nuestra rancheridad es que en los actos públicos solemnes las autoridades no saben cuidar las formas. Vino el embajador de China (ojo: de China, no de Tumbuctú) y la parte más importante de la recepción fue, para mí, el espléndido discurso que leyó Sergio Antonio Corona Páez, cronista de Torreón, a quien ni siquiera integraron al fresidium. Otra vez, el hombre de ideas es marginado para cederle lugar a muchos políticos y empresarios que por lo general no entienden bien a bien qué hacen allí, perdidos en medio de tales actos.
La pieza oratoria del doctor Corona es, a mi juicio, una joya del humanismo (ojo: del humanismo, no del humanitarismo, que no es lo mismo). Me atrevo a decir que nadie en Torreón, salvo el artífice de ese texto, pudo decir mejor lo que significa el desagravio por el genocidio perpetrado en Torreón contra 300 chinos hacia 1911. Invito a que alguien me contradiga, a que alguien en nuestra comarca exponga que no es esto un dechado de discurso con visión histórico-humanista:

Muy distinguidas autoridades civiles y militares aquí presentes; excelentísimo señor embajador de la República Popular China, señoras y señores que nos acompañan hoy con su distinguida presencia:
Como Cronista Oficial de Torreón, como guardían y conservador de nuestra historia, debo mencionar que hace exactamente 96 años y 30 días, ocurrió en este lugar uno de los hechos más tristes e ignominiosos que recuerden nuestros anales. Apenas habían transcurrido tres años de haber sido elevada al rango de ciudad nuestra población, cuando, el 15 de mayo de 1911, precisamente aquí y a manos de mexicanos, fueron masacrados 300 súbditos chinos.
Podemos argumentar que, de acuerdo a las fuentes documentales, desde finales del siglo XIX existía en México una campaña propagandística de odio racial antichino, la cual fue tolerada y quizá hasta apoyada por el gobierno de Porfirio Díaz. Ese gobierno fue el gran promotor de la inmigración católica europea, diseñada para poblar los grandes espacios de los estados del norte. El temor de una nueva mutilación del territorio nacional era muy grande. No entraba en los planes gubernamentales el asentamiento permanente de etnias del lejano oriente.
No obstante lo anterior, Torreón abrió sus brazos a los inmigrantes que provenían del Imperio Celeste, y aquí, a base de trabajo y esfuerzo, fundaron una próspera comunidad que perdura hasta nuestros días, y nos enorgullece.
Tuvieron que ser precisamente tiempos de desorden civil y de cese de garantías los que permitieron que ocurriera la tragedia genocida que hoy recordamos. Por prejuicios de carácter racial, 300 torreonenses de origen chino fueron asesinados de la manera más artera que podamos imaginar. No se trataba de entes abstractos, se trataba de 300 seres humanos que eran vecinos, amigos y conocidos de otros torreonenses, eran elementos valiosos de una comunidad cosmopolita como la nuestra.
Y aunque en dicha ocasión hubo gente buena que escondió en sus casas y salvó a chinos que eran perseguidos, debemos decir que, en general, los torreonenses cayeron en el pecado de Caín, el pecado de no velar por la integridad del propio hermano. Durante muchos años, la mayoría de los torreonenses pensó y ha pensado que la mala suerte de aquellos ciudadanos era algo que competía sólo a los chinos. Nunca hemos imaginado a nuestros abuelos como los hermanos que se hicieron sordos al grito del hermano que pedía auxilio.
La colonia china de Torreón no estaba sola ni abandonada a su suerte. En mayo de 1911 gobernaba el Imperio Celeste su último emperador, Puyi, duodécimo de la dinastía Ching. Entre los asuntos internacionales que alcanzó a gestionar su gobierno, pues abdicó el 12 de febrero de 1912, se encontraba la reclamación por los atentados de lesa humanidad en Torreón, y con el objeto de apoyar estas reclamaciones, el envío de un crucero a México, el “Hai Chi”.
Este crucero, que llegó a costas americanas en septiembre de 1911, apenas a cuatro meses de los hechos, era el orgullo de la marina imperial china, y venía al mando del Almirante Chin Pin Kawang. Sin embargo, la coincidencia de tiempos de turbulencia política y militar en China y en México, frustró la buena marcha de las negociaciones.
Los terribles hechos de Torreón fueron comentados por los diarios de todo el país. El semanario El Mañana, en su edición del 22 de junio de 1911, nos permite conocer algo de la percepción que algunos medios informativos tuvieron sobre estos hechos.
En el artículo intitulado “Indemnizaciones de guerra” se expresan, entre otros, los siguientes comentarios:
"La reclamación más seria y que tiene más fundamento legal a partir desde los principios más rudimentarios del derecho de gentes, es la presentada por la Legación China, por las vidas de sus nacionales sacrificados en Torreón de modo tan horripilante, que ningún pueblo —tal vez ni la Tierra del Fuego— querría tener en su historia ese episodio que excede a la fantasía del novelista más sanguinario del medio siglo pasado.
Es preciso tener serenidad y honradez para las cuestiones de grave resolución. No equivoquemos el patriotismo con la impunidad del delito.
Al pedir justicia para los infortunados orientales, abogamos por el decoro y por la dignidad de la Nación. Si estados extraordinarios en la República causaron estas conflagraciones espantosas, y para desgracia nuestra permitieron la aparición de ejemplares orgánicos que deshonran a la humanidad, ocurramos solícitos a la reparación que nos dignifique, si queremos constituir un pueblo regido por las sanas doctrinas del derecho, que prescriben tirar con resolución la línea recta en las desviaciones que traza la perversidad del hombre".
Hablando desde el presente, solamente podemos decir que los torreonenses deploramos profundamente que tales hechos hayan sucedido, y que hayan sucedido aquí. La historia de estos mártires de la integración étnica nos demuestra lo importante que puede ser la enseñanza y aprendizaje de sanas actitudes y valores sociales. La intolerancia y el racismo fueron sembrados e incubados en todo México, pero fue en Torreón donde estas actitudes hicieron crisis en 1911.
La mejor manera de honrar y de darle perpetuo sentido a la muerte de estos 300 mártires torreonenses de origen chino, será la de cultivar constantemente en nuestra juventud el valor del respeto al otro, sea cual sea su etnia, cultura o posición social, así como el valor de la solidaridad, de la ayuda al vecino en dificultades, cualquiera que sea su color, educación o clase social.
Los monumentos son los sacramentos de la memoria colectiva. Es importante que contemos con monumentos que nos recuerden constantemente que lo que pasó una vez, no debe volver a ocurrir nunca más. Jamás debemos permitir que las minorías torreonenses sean perseguidas por razones políticas, religiosas, económicas, ideológicas, étnicas, ni por ninguna otra causa. Debemos aprender a ser solidarios unos con otros.
Propongo a nuestro Alcalde y al Ayuntamiento de la Ciudad de Torreón que el 15 de mayo sea declarado Día del Respeto y de la Solidaridad Torreonense, y que los 300 ciudadanos muertos en 1911 sean declarados mártires de la intolerancia.
Hago votos por que estas muertes se conviertan en un faro de luz que guíe nuestras mentes y corazones hacia el respeto mutuo y hacia la unidad en la diversidad, y por supuesto, hacia una nueva y venturosa etapa de las relaciones entre la Comarca Lagunera y la República Popular China.

Síndrome de Incitatus

La política, además de ser el difícil arte de chingar al que se deje, bien puede ser considerada en México una inagotable agencia de colocaciones. Parientes, compadres, amigos de los amigos de los amigos de los amigos, todos se cuelgan de la nómina con tarzánica alegría, sin reparar al menos un segundo en el daño que el nepotismo y sus adláteres le hacen al erario popular. Cabeceada “Tienen los diputados 400 aviadores” (La Opinión de ayer), la nota firmada por Mauricio Juárez y Fernando Damián exhibe uno de los males más arraigados de la cultura política nacional, algo que me atrevería a llamar el “Síndrome de Incitatus”, eso para homenajear al caballo que fue nombrado cónsul por Calígula.
Como horda de Incitatus pránganas, cientos de parientes y amigos de legisladores mexicanos tienen su moche quincenal (¡en nómina!) y a cambio lo único que hacen es rascarse las verijas, para decirlo de la manera más elegante posible en este caso. Si ya de por sí nuestros diputados son expertos en derroche y con frecuencia votan para autorizarse todo tipo de prerrogativas pantagruélicas, parece más que una aberración enterarnos que de las 4 mil 500 personas adscritas a la administración de la Cámara, una tercera parte, 1400, sólo se apersona el día de pago gracias a que son cercanos de tal o cual cochino diputéibol.
“…esa práctica se inició cuando el PRI tenía la mayoría absoluta, porque los diputados recomendaban a quienes llegaban a la siguiente Legislatura a sus cercanos, y eso marcó el comienzo de esa ‘herencia negra’. El órgano encargado de realizar los trabajos de investigación para detectar a los aviadores será la Auditoría Superior de la Federación, y las labores arrancarán en julio próximo”, amplía la nota, lo que nos da una idea más clara del hoyo negro que representa el máximo órgano de la legislación mexicana.
Se requiere entonces una puntillosa, profunda, radical fiscalización de quienes “trabajan” en San Lázaro, ello para tapar un poco aquel barril sin fondo. Si los puros diputados le cuestan al país una cantidad que nunca ha correspondido, y al parecer nunca corresponderá, con su trabajo real (grillar y levantar la mano para mayoritear cuando se requiere), al menos hay que adelgazar la nómina y acabar con las rémoras de los tiburones.
Sin embargo, “muchos de los aviadores están sindicalizados, lo que hace más complicado el proceso de liquidación y despido, porque están amparados en un gremio que se opone a la separación del supuesto trabajo de esas personas”. Lo que faltaba: un sindicato de aviadores en la Cámara, un sindicato de Incitatus. ¡Kafka, socórrenos!

jueves, junio 14, 2007

Declaración del Centenario

Ayer firmé la “Declaración del Centenario, por nuestros ríos, por nuestra agua y por nuestra vida”. Lo que más gusto me dio fue leer los nombres de muchos laguneros que, comprometidos con su región, han adherido a esta causa y supongo que seguirán luchando para impedir la muerte de nuestros acuíferos, esfuerzo en el que va de por medio el futuro (casi el presente, porque el desastre ya nos pisa los talones) de la comarca. Transcribo la declaración e invito a los lectores a sumar su firma en www.petitiononline.com/lag100.
“Al tiempo que Torreón llega a sus cien años, como antes llegaron ya Ciudad Lerdo y Gómez Palacio, renovamos nuestro compromiso con los valores y con el espíritu que dieron origen a La Laguna.
Hoy reconocemos que el amor por nuestra comarca no es un concepto abstracto o restringido sino que también incluye un compromiso por el bienestar de nuestro planeta.
Las generaciones futuras nos juzgarán por nuestro éxito o nuestro fracaso en el cuidado de nuestro entorno. Por ellos, por nuestros hijos y nuestros nietos, tendremos que hacer nuestro mejor esfuerzo.
Los abajo firmantes nos comprometemos: A reconocer que vivimos en tiempos críticos. Debemos ser activos y enérgicos para lograr que se den los cambios necesarios –de acuerdo a la ciencia y no a consideraciones políticas– para detener el deterioro y la sobreexplotación de nuestros acuíferos y de nuestros ríos sin importar lo difícil de la tarea.
A ser ciudadanas y ciudadanos activos exigiendo a nuestros gobernantes que tomen medidas urgentes e inmediatas y exigiendo a los candidatos a puestos de elección que se comprometan en promulgar leyes que establezcan un aprovechamiento sostenible del agua por el bien de la salud pública y el bienestar colectivo, sin importar los intereses económicos que resulten afectados.
A pasar el mensaje, asegurándonos que nuestros seres queridos, nuestros amigos, nuestros vecinos y nuestros compañeros de trabajo reconozcan que todos tenemos un papel que jugar para enfrentar estos retos. A ser consumidores responsables, minimizando nuestra huella ambiental y sopesando nuestras decisiones personales contra las necesidades y los derechos de las generaciones futuras.
Quienes vinieron a poblar La Laguna lo arriesgaron todo para que hoy nosotros seamos lo que somos. Hoy nos toca a nosotros hacer todo lo que sea necesario para que este progreso continúe y que este bienestar englobe a todos las laguneras y todos los laguneros y a toda la trama de la vida, trama de la que somos parte y que es la base de nuestro progreso material”.

miércoles, junio 13, 2007

Una Estepa del TIM

Casi sin darnos cuenta, como un río que fluye por debajo del desierto, Estepa del Nazas, la revista literaria del Teatro Isauro Martínez ha llegado a su edición número 49 y está a punto pues de alcanzar un medio centenar celebratorio. Ese ejemplar venidero, el 50, puede coincidir por ello con la septembrina fecha del centenario, lo cual le añade un valor simbólico a esta publicación que es, en su tipo, el mejor y más sostenido emprendimiento que instancia cultural alguna haya auspiciado hasta la fecha en la comarca lagunera.
Dirigida por Saúl Rosales Carrillo, Estepa del Nazas ha sido foro plural para la expresión literaria de, sobre todo, numerosos jóvenes escritores laguneros. En sus páginas, autores que todavía tienen una carrera incipiente o en proceso de plena maduración, han convivido con otros ya cargados de experiencia, y eso ha hecho que sus contenidos siempre den una impresión de miscelánea sorpresa, de hallazgo y/o constatación del talento.
Doy un ejemplo: gracias a Estepa del Nazas tuve la suerte de leer los primeros cuentos de Vicente Alfonso Rodríguez, hecho que puedo datar hacia 1999, más o menos. Pasados unos años, la constancia de este todavía joven escritor ha permitido que en la misma revista podamos hoy admirar su precoz madurez, el asentamiento de su calidad artística. Y no es, por supuesto, el único caso digno de subrayar con marcador fosforescente: con diferentes temáticas, estilos, géneros y calidades, en esta cancha de papel han jugado (escribir es jugar, jugar medio en serio y medio en broma) otros tantos escritores como Carlos Velázquez, Carlos Reyes, Alejandro Alvarado (un chico lleno de talento al que lamentablemente le perdí la pista), Iván Hernández, Daniel Maldonado, Cristina Lozano y otros muchos igualmente bien armados de capacidad, quienes han compartido espacio con escritores ya cuajados como el mismo Saúl, Mauricio Beuchot, Pablo Arredondo, Édgar Valencia y Magda Madero.
Podremos simpatizar o no con algún colaborador, lo que resulta innegable es la necesidad que siempre tendrá nuestra región, o cualquiera, de contar con un espacio que dé cabida a la organización de palabras literarias. Esa falta de espacios ya la he criticado alguna vez en el caso de Gómez y de Lerdo, ciudades que jamás, hasta donde sé, han contado con publicaciones de esta índole.
El número 49 es un bufet rico en ofrecimientos: lo mejor, sin duda, el anticipo de la novela Partitura para mujer muerta, de Vicente Alfonso Rodríguez, quien recién ganó con esa obra un premio nacional de novela policiaca. Excelente. Y Estepa… tiene un plus: es gratis. Vaya y pídala al TIM.

domingo, junio 10, 2007

El mago Ibrahim



Hace como dos semanas recorté una nota de La Jornada para comentarla cualquier domingo de relax, como éste. Se refiere el cable a la aparición del disco Mi sueño, obra que corona de manera póstuma el talento del cantante cubano Ibrahim Ferrer (1927-2005). Digamos que, además de la clásica que a todos gusta (Mozart, Vivaldi et al.), tengo mis condomínicas trompas de Eustaquio adaptadas para acoger cierta música popular en la que hallo, y esto es muy subjetivo, lo sé, algo más que el deseo de vender discos, como ocurre con Zitarrosa o con Cuco Sánchez, por nombrar sólo a dos iconos de mi galería. En ella está, desde hace como tres años, aquel negrito cubano que conocí de casualidad, la mañana en la que mi ex alumno y amigo Daniel Herrera, en su luchona y callejera y efímera calidad de vendedor de cd’s, me ofreció un lote de boleristas cubanos.
Elegí pues, allá por el 2003 o 2004, el compacto de Ibrahim Ferrer. Al escucharlo noté lo que cualquier oreja bien dispuesta puede advertir en el mismo trance: un estilo casi inhumanamente perfecto para tomar al bolero del cuello y sacarle toda la belleza posible, un lirismo que huele a humo, a mujeres y a licor, como debe ser en estos casos. No exagero. Sólo es necesaria una pizca de disposición para sentir que pocos han cantado así ese género de temas, como si la naturaleza se hubiera puesto de acuerdo con un hombre con el fin de darle todo el feeling posible para ejecutar algo, en este caso la interpretación de boleros. “Silencio” u “Ojos verdes”, pasados por las cuerdas vocales de Ferrer, entran a una dimensión en la que sólo falta una mulata de La Habana para ser perfecta.
Pero no me distraigo. El cable que digo da noticia del disco póstumo de Ferrer y de las circunstancias que rodearon su grabación. “De manera paradójica, lo que Ferrer más cantó durante su vida profesional fueron sones. Algunos creían que su voz no era adecuada para boleros. ‘Se consideraba que era demasiado fina, que no tenía la virilidad convencional del género’”, declaró Nick Gold, director de World Circuit y coproductor de Mi sueño. Luego, la noticia abunda en un detalle harto interesante: el retiro de Ferrer y su oficio de bolero (no el género musical popular, sino el aseo de calzado). “La historia, como se ha repetido tantas veces, tiene un final feliz: un par de años antes, el cantante se había retirado de su carrera profesional, desilusionado de ella, y trabajaba de bolero. El día que lo fueron a buscar, estaba lustrando zapatos. Le dijeron que había unos señores en los estudios Egrem que querían oírlo cantar. No estaba interesado. Insistieron. Lo convencieron. De ahí, directo, se fueron al estudio. Cantó ‘Dos gardenias’. ‘Nos pareció evidente que era un espléndido cantante de boleros, porque lo hacía directamente desde el corazón, con una dosis increíble de lirismo y espíritu’, contó Gold”.
No he escuchado ese disco, pero por el antecedente del compacto que ya mencioné puedo fácilmente imaginar el encanto que imprimió Ferrer a esas canciones. Habla el productor sobre el bolero “Perfidia”: “Le dimos un sabor fuerte de jazz, y lo increíble era que tanto en vivo como en el estudio, Ibrahim improvisaba una sección como si hubiera estado haciéndolo con jazz toda su vida. Este loco tenía una increíble musicalidad, enorme, lo cual me llenaba de admiración".
Ferrer fue “descubierto” (las comillas no son mías) muy tarde, y se integró a Buena Vista Social Club, grupo que a mediados de los noventa fue un hitazo en todo el mundo. Luego se retiró a lustrar zapatos y al final, como en un cuento de hadas bolerístico, fue nuevamente rescatado para hacer la grabación que por poco precedió a su muerte. Mi recomendación es para quienes le encuentran sabor a esto: vayan a Mixup o busquen en Internet una tienda que les pueda enviar el material del mago Ferrer. Realmente es un lujo escuchar a este hermoso ruquito.

sábado, junio 09, 2007

Estándares de calidad

Cunde en el planeta una fe bruta a la tecnología. En el caso de la que nos sirve para comunicar y entretener, no deja de ser paradójico que a más desarrollo electrónico, más banales se tornan las preferencias públicas por los infinitos contenidos que circulan gracias a la televisión, la radio, el cine, la telefonía y el, o la, Internet. Asomarnos a las computadoras personales es casi suficiente para advertir ese fenómeno: cuántas pantallas planas, cuántos discos duros de gran capacidad, cuántas laptops y cuántos gadgets supermodernos para dedicarlos al ubicuo mundo parasitario del chat, por citar sólo uno de los hábitos comunes en el mundo de hoy.
En una palabra, el desarrollo de esa tecnología no es, en sí, sinónimo de calidad, pues para que realmente lo sea es necesario vitaminar también los contenidos. Lo otro es ruido, chabacanería, vacío infinitamente bien comunicado. Esto lo traigo a cuento por el comunicado de Televisa (esmas.com) sobre el fallo de la SCJN en torno a la Ley de Radio y Televisión y a la Ley Federal de Telecomunicaciones. Plantea tres incisos:
1. Televisa siguió atenta y respetuosamente el proceso de revisión constitucional de la ley Federal de Radio y Televisión y de la Ley de Telecomunicaciones, llevado a cabo por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y ha analizado el alcance de sus resoluciones. Algunas de éstas son motivo de preocupación toda vez que pueden desacelerar o, incluso, inhibir, el desarrollo tecnológico de las industrias de la radiodifusión y telecomunicaciones, colocando a estos sectores de México en desventaja frente a los otros países.
2. Televisa reafirma su respeto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y sus resoluciones, al tiempo que reconoce la transparencia con que se condujo todo el proceso de revisión constitucional.
3. Como lo ha hecho siempre, Televisa seguirá realizando sus actividades en el marco de la legislación vigente, ahora revisada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y renueva su compromiso de procurar los más altos estándares de calidad y profesionalismo, acordes con la historia de la empresa y con las exigencias del pública (sic) en México y de habla hispana en todo el mundo.
Más allá de la palabrería hueca, ¿qué entiende Televisa por “altos estándares de calidad y profesionalismo”. Por supuesto, capacidad tecnológica para transmitir audio y video de alta fidelidad, perfectamente editado y accesible en muchísimos lugares. ¿Y? No es necesario comentar nada sobre sus contenidos; todos los conocemos y nadie podría asegurar que ostentan “los más altos estándares de calidad y profesionalismo”. Y eso no es pecata minuta.

viernes, junio 08, 2007

Escamoteo de etnias

Con frecuencia deambulo por el blog del doctor Sergio Antonio Corona (cronicadetorreon.blogspot.com), coordinador del Archivo Histórico de la UIA Laguna y cronista de Torreón. No deja de sorprenderme, además de su incansable entrega a la escritura, el fino razonamiento que hace sobre temas que, en general, pasan frente a nuestras narices sin que atinemos a desmenuzarlos con hondura. Uno de esos comentarios se refiere a las “etnias torreonenses”. Por lúcido e incluyente, creo que debemos leerlo. Sus palabras cuestionan la plutocrática manera de percibir el valor de ciertas etnias como forjadoras exclusivas de nuestro pasado. Dice el cronista:
“… se ha generalizado el término ‘etnia’ como si se refiriera exclusivamente a los grupos extranjeros. Según nuestro Gran Diccionario Usual de la Langua Española, y transcribo, ‘Etnia conjunto de personas que comparten un mismo idioma, una religión, una cultura y un origen propios’. Es decir, los mexicanos católicos que hablamos castellano y que compartimos una manera de ver la vida, constituimos una etnia. O si prefiere un criterio más estrecho, los viejos pobladores españoles y tlaxcaltecas constituían dos etnias fundamentales en el proceso de poblamiento de la Comarca Lagunera.Nada tengo contra los extranjeros o contra sus descendientes (…) Pero no se puede tolerar un error tan garrafal como es el pensar que debemos celebrar las ‘etnias’ y que éstas son exclusivamente ‘extranjeras’, porque entonces asumimos que los mexicanos no tienen mérito alguno en la formación de nuestra comunidad torreonense. Hasta los más pobres campesinos de la Comarca pueden proceder de linajes de cientos de años, linajes cuyos miembros lucharon incontables veces contra los salvajes y que occidentalizaron esta región al colonizarla.
¿A ellos, que llevaron el peso de la conquista, colonización y configuración de La Laguna, a ellos no los vamos a recordar? Españoles, tlaxcaltecas, mexicas, tarascos, negros de Guinea, todos ellos contribuyeron a forjar nuestra realidad actual (…) [y] a los mexicanos que anhelan volverse extranjeros, debo recordarles que tenemos tres mil kilómetros de frontera hacia el norte. Es muy ancha la puerta al extranjero. Pero a todos los mexicanos que nos sentimos orgullosos de ser quienes somos, los invito a que nos unamos a festejar en este primer centenario de Torreón nuestro común origen junto con todos los laguneros que no tienen la dicha de proceder, como nosotros, de aquellos bravos conquistadores que nos legaron una patria. Todos somos torreonenses, celebremos todos hombro con hombro, en paz y armonía, con mucho orgullo, sin menospreciar a nadie’”.

Escamoteo de etnias

Con frecuencia deambulo por el blog del doctor Sergio Antonio Corona (cronicadetorreon.blogspot.com), coordinador del Archivo Histórico de la UIA Laguna y cronista de Torreón. No deja de sorprenderme, además de su incansable entrega a la escritura, el fino razonamiento que hace sobre temas que, en general, pasan frente a nuestras narices sin que atinemos a desmenuzarlos con hondura. Uno de esos comentarios se refiere a las “etnias torreonenses”. Por lúcido e incluyente, creo que debemos leerlo. Sus palabras cuestionan la plutocrática manera de percibir el valor de ciertas etnias como forjadoras exclusivas de nuestro pasado. Dice el cronista:
“… se ha generalizado el término ‘etnia’ como si se refiriera exclusivamente a los grupos extranjeros. Según nuestro Gran Diccionario Usual de la Langua Española, y transcribo, ‘Etnia conjunto de personas que comparten un mismo idioma, una religión, una cultura y un origen propios’. Es decir, los mexicanos católicos que hablamos castellano y que compartimos una manera de ver la vida, constituimos una etnia. O si prefiere un criterio más estrecho, los viejos pobladores españoles y tlaxcaltecas constituían dos etnias fundamentales en el proceso de poblamiento de la Comarca Lagunera.Nada tengo contra los extranjeros o contra sus descendientes (…) Pero no se puede tolerar un error tan garrafal como es el pensar que debemos celebrar las ‘etnias’ y que éstas son exclusivamente ‘extranjeras’, porque entonces asumimos que los mexicanos no tienen mérito alguno en la formación de nuestra comunidad torreonense. Hasta los más pobres campesinos de la Comarca pueden proceder de linajes de cientos de años, linajes cuyos miembros lucharon incontables veces contra los salvajes y que occidentalizaron esta región al colonizarla.
¿A ellos, que llevaron el peso de la conquista, colonización y configuración de La Laguna, a ellos no los vamos a recordar? Españoles, tlaxcaltecas, mexicas, tarascos, negros de Guinea, todos ellos contribuyeron a forjar nuestra realidad actual (…) [y] a los mexicanos que anhelan volverse extranjeros, debo recordarles que tenemos tres mil kilómetros de frontera hacia el norte. Es muy ancha la puerta al extranjero. Pero a todos los mexicanos que nos sentimos orgullosos de ser quienes somos, los invito a que nos unamos a festejar en este primer centenario de Torreón nuestro común origen junto con todos los laguneros que no tienen la dicha de proceder, como nosotros, de aquellos bravos conquistadores que nos legaron una patria. Todos somos torreonenses, celebremos todos hombro con hombro, en paz y armonía, con mucho orgullo, sin menospreciar a nadie’”.

Premios estatales

No tengo nada en contra de los premios, menos cuando su otorgamiento busca reconocer algún esfuerzo cultural o científico. Esa es la razón por la que nunca he mostrado alguna discrepancia en torno a los premios entregados por el gobierno estatal. Sin embargo, no deja de parecerme oportuno hacer dos o tres planteos para mejorar, al menos en teoría, el mecanismo mediante el cual se obtienen los trabajos ganadores.
En primer término, y habida cuenta de que el periodista es por lo común poco reconocido, está bien que él busque deliberadamente, con la inscripción de su trabajo en un concurso, el diploma que lo acredite como sobresaliente en el oficio; lo que me parece excesivo es que hay algunos casos en los que, ya obtenido el galardón, vuelvan a participar en convocatorias ulteriores; convierten, así, la justa necesidad/aspiración de un premio en un abaratado ingresito anual. En este mismo sentido, hay una ley explícita en los concursos literarios: quien ya haya ganado equis certamen, no puede participar en sus siguientes convocatorias. Y hay, además, otra ley no escrita entre los escritores: nunca participar en un concurso de menor importancia que los ya obtenidos. Quien no sigue esta segunda regla se expone a recibir una mención “honorífica” en un certamen de menor valía que los ya conseguidos por su pluma, lo cual es bochornoso. En un ejemplo burdo, es como si Lupita Jones participara en el certamen Miss Comarca Lagunera y quedara en cuarto lugar, mencionada sólo como Señorita Fotogenia.
Otro detalle importante tiene que ver con el anonimato. Quiero suponer, y creo que supongo bien, que la determinación de los ganadores del premio estatal de periodismo se da en un clima de imparcialidad, entre jurados honestos y especializados. Pese a ello, dada la arraigada desconfianza en la que vivimos, no sería mala idea reforzar la imparcialidad mediante el anonimato tanto de los participantes como de los jurados, tal y como ocurre en los concursos literarios. Con esto se evitarían suspicacias innecesarias y el premio se entregaría al trabajo en sí, no a quien firma ni menos al medio que lo arropa. Sé que en términos operativos esto es difícil de llevar a cabo en el caso de los trabajos periodísticos, pues ellos han sido difundidos antes de ingresar al concurso. Lo ideal sería, entonces, y tal vez con el sacrificio de ciertos géneros, convocar a un concurso estatal de trabajos periodísticos inéditos (reportajes, crónicas, entrevistas, artículos…) y firmados con seudónimo. Es difícil, lo sé, pero eso le daría mayor altura a los reconocimientos que sin duda merece el gremio periodístico.

Coletazos previsibles

Para llegar a donde está, Calderón tuvo que aceptar el apoyo ofrecido a regañadientes por la forzuda ala yunquista metida hasta los huesos del PAN durante la égida foxista. Encabezada por Fox, Abascal, Salazar Sáenz, Espino, el fallecido Ramón Martín Huerta y casi toda la estructura de los gobiernos guanajuatenses de Romero Hicks y Oliva Ramírez, la corriente de la organización archiconservadora tenía sólo dos sopas en la coyuntura de 2006: o colocar a Calderón en la presidencia o dejar que AMLO les hiciera la travesura. Obviamente, los oscureros archicatólicos optaron por el candidato del PAN y le desenrollaron la alfombra para que llegara a Los Pinos, pero no iban a tardar mucho en mostrarle los caninos.
No a otra intención obedecieron el deslenguado activismo de Fox (que sigue en marcha), el acomodo de Abascal y de Derbez en la estructura interna del PAN y, lo peorcito de todo, las declaraciones siempre amenazantes de Manuel Espino contra la llamada “institución” presidencial. El presidente nacional del PAN se la creyó tanto que, carburado por sus titiriteros, insistió hasta el aburrimiento que con Calderón iban a mantener una sana distancia, una independencia que casi marginaba al michoacano de las decisiones blanquiazules. La gota de pus que derramó la herida fue aquella violenta advertencia de Espino contra la intromisión de mapaches de la presidencia en las elecciones yucatecas (20 de mayo).
Poco más de dos semanas después, Calderón le ha puesto un estatequieto a Espino y a lo que él representa, y se ha adueñado, por las malas, como en los viejos tiempos, del partido en el poder. Hasta aquí, y hasta ahora, la realidad parece sonreírle a Calderón y a su equipo, pero no hay que estar tan seguros de que la escalada de amarres avance por el mismo derrotero. Hay que recordar, nomás, que los hoy vapuleados asambleístas no son precisamente los amos del fair play. Muy al contrario, no fueron otros los que derramaron altas cantidades de boñiga en las turbulentas, accidentadas y chuecas elecciones del año pasado, y aunque hoy hayan perdido algo de fuerza en el partido que lograron permear durante treinta años de infiltración clandestina, son ellos quienes pueden manejar la información más peligrosa contra Calderón. En esa tensión vive el ejecutivo espurio, y juega con lumbre cuando encara al siniestro yunquismo. Una sola palabra de Fox bastaría, en este contexto, para tambalear y hacer crujir la poca legitimidad de Calderón. Conocida la calaña de sus rivales íntimos, creo que el michoacano y los suyos deben esperar el coletazo. El Yunque no es un enemigo leal ni, mucho menos, pequeño.

domingo, junio 03, 2007

Aguas, aguas

Esto publicó Paco Valdés hoy en La Opinión. Otra vez, aguas con los políticos sobrados de iniciativa:

Despropósitos acuáticos

Francisco Valdés Perezgasga

Lo más caritativo que puede uno decirle a los políticos de la región es que ven la tempestad y no se hincan. Todos los modelos de cambio climático nos pronostican un descenso en las lluvias promedio para nuestra parte del mundo. Viviendo en el desierto, el agua debería ser preciosa para los laguneros. Sin ella no somos absolutamente nada y la frase hueca —e imprecisa— sobre haber vencido al desierto se desmorona como la arena.A pesar de las advertencias, vuelve a levantar su fea cara el tema de construir una potabilizadora que use agua del Nazas. Un tema que hoy resucitan Ulises Adame, candidato príísta a diputado por el distrito 14 de Durango y Ricardo Rebollo, aspirante príista a alcalde de Gómez Palacio. No parecen haber entendido que la impredictibilidad del régimen de lluvias desatada por el calentamiento global nos obliga a emprender un manejo sustentable del agua hoy. Un manejo que asegure que el recurso no se acabe y esté presente para el desarrollo de las generaciones futuras. Un manejo que debe enfocarse, necesariamente, al equilibrio de nuestros acuíferos, la restitución de la salud de nuestras cuencas hidrográficas y el manejo ilustrado, moderno y adaptativo de nuestros ríos.
La idea de la potabilizadora usando agua de río es una idea perversa a cual más. Manda el mensaje de que ya tenemos la maquinita que nos resolverá el problema del abasto de agua y que los señores lecheros pueden proceder alegremente a rematar al acuífero.“Es todo suyo” es el mensaje de Adame y de Rebollo a los amos y señores del agua en La Laguna, cuando el acuífero no es de ellos, sino de los laguneros del futuro. Además tomar agua del Nazas para el abasto urbano le impone una carga adicional a un río de desierto sumamente estresado.
Proponen Ulises y Ricardo una solución tramposa que no es solución alguna, sino todo lo contrario.
Una inversión onerosa, innecesaria e inútil que sólo lastrará el futuro financiero de nuestra comarca. A los laguneros del futuro —tus hijos, lector, tus nietos— Rebollo y Adame quieren dejarles un acuífero seco y una deuda de cientos de millones de dólares en el banco. Menuda herencia.
Transparencia Internacional dice que, en la construcción de megaobras —presas, potabilizadoras, aeropuertos, autopistas— hay sólo dos grupos que siempre salen beneficiados: los constructores y los políticos corruptos que reciben dádivas de ellos.
La regla general es que el resto de los mortales, o sea, nosotros, salgamos perjudicados. La advertencia de Transparencia Internacional debería de ser atendida por todos nosotros por razones eminentemente prácticas y debería ayudarnos a blindar nuestros oídos con una sana dosis de escepticismo y de sospecha.
Lo que los laguneros debemos emprender ya es la recuperación de nuestros ríos. Equilibrar el acuífero deteniendo la criminal sobreexplotación.
Restaurar la salud de sus cuencas hidrográficas recuperando sus ecosistemas y sus valiosísismos servicios ambientales. Renovar nuestra identidad colectiva con el Nazas y el Aguanaval y reintegrándolos a nuestro imaginario cultural y afectivo. Pero por lo pronto, rechazando de tajo la propuesta de Ulises Adame y Ricardo Rebollo.

fvaldes@nazasvivo.com

Aguas, aguas

Paco Valdés publicó esto hoy en La Opinión. Otra vez, aguas con los políticos emprendedores:

Lo más caritativo que puede uno decirle a los políticos de la región es que ven la tempestad y no se hincan. Todos los modelos de cambio climático nos pronostican un descenso en las lluvias promedio para nuestra parte del mundo. Viviendo en el desierto, el agua debería ser preciosa para los laguneros. Sin ella no somos absolutamente nada y la frase hueca -e imprecisa- sobre haber vencido al desierto se desmorona como la arena.
A pesar de las advertencias, vuelve a levantar su fea cara el tema de construir una potabilizadora que use agua del Nazas. Un tema que hoy resucitan Ulises Adame, candidato príísta a diputado por el distrito 14 de Durango y Ricardo Rebollo, aspirante príista a alcalde de Gómez Palacio. No parecen haber entendido que la impredictibilidad del régimen de lluvias desatada por el calentamiento global nos obliga a emprender un manejo sustentable del agua hoy. Un manejo que asegure que el recurso no se acabe y esté presente para el desarrollo de las generaciones futuras. Un manejo que debe enfocarse, necesariamente, al equilibrio de nuestros acuíferos, la restitución de la salud de nuestras cuencas hidrográficas y el manejo ilustrado, moderno y adaptativo de nuestros ríos.La idea de la potabilizadora usando agua de río es una idea perversa a cual más. Manda el mensaje de que ya tenemos la maquinita que nos resolverá el problema del abasto de agua y que los señores lecheros pueden proceder alegremente a rematar al acuífero.“Es todo suyo” es el mensaje de Adame y de Rebollo a los amos y señores del agua en La Laguna, cuando el acuífero no es de ellos, sino de los laguneros del futuro. Además tomar agua del Nazas para el abasto urbano le impone una carga adicional a un río de desierto sumamente estresado.
Proponen Ulises y Ricardo una solución tramposa que no es solución alguna, sino todo lo contrario.Una inversión onerosa, innecesaria e inútil que sólo lastrará el futuro financiero de nuestra comarca. A los laguneros del futuro -tus hijos, lector, tus nietos- Rebollo y Adame quieren dejarles un acuífero seco y una deuda de cientos de millones de dólares en el banco.Menuda herencia.Transparencia Internacional dice que, en la construcción de mega-obras -presas, potabilizadoras, aeropuertos, autopistas- hay sólo dos grupos que siempre salen beneficiados:los constructores y los políticos corruptos que reciben dádivas de ellos.La regla general es que el resto de los mortales, o sea, nosotros, salgamos perjudicados. La advertencia de Transparencia Internacional debería de ser atendida por todos nosotros por razones eminentemente prácticas y debería ayudarnos a blindar nuestros oídos con una sana dosis de escepticismo y de sospecha.Lo que los laguneros debemos emprender ya es la recuperación de nuestros ríos. Equilibrar el acuífero deteniendo la criminal sobreexplotación.Restaurar la salud de sus cuencas hidrográficas recuperando sus ecosistemas y sus valiosísismos servicios ambientales. Renovar nuestra identidad colectiva con el Nazas y el Aguanaval y reintegrándolos a nuestro imaginario cultural y afectivo. Pero por lo pronto, rechazando de tajo la propuesta de Ulises Adame y Ricardo Rebollo.
fvaldes@nazasvivo.com

Sobre la encuesta de Nexos

Hace unos días me entrevistó Dafne Cepeda, reportera de la sección cultural de La Opinión Milenio. El tema fue la encuesta de Nexos sobre las mejores novelas mexicanas en los treinta años recientes. Esto contesté:

En primer lugar, ¿qué significó para ti como escritor estar dentro de una encuesta como la de Nexos?
Creo que ese ejercicio resultó, si no concluyente, sí interesante. Ni con votos ni con ningún otro método se puede saber que obra artística es mejor, pero hay en el sistema elegido por los organizadores (la revista Nexos) un deseo de que brotaran de manera imparcial los títulos de las novelas mexicanas que a juicio de varios electores son las mejores en los recientes 30 años. Ganó, como sabemos, Noticias del imperio, de Fernando del Paso, con 23 sufragios; el segundo lugar le correspondió, con 8 votos solamente, a Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco. Es importante resaltar que del primero al segundo lugares hay un boquete de 15 votos, mientras que del segundo a los de más atrás hay un apiñamiento de títulos que casi avanza en pelotón. Yo obtuve un voto, ignoro quién lo emitió, y eso me permitió figurar en la lista junto a muchos notables escritores y otros no tanto. Por supuesto veo que hay injusticias, que novelistas como Vicente Leñero y Enrique Serna merecen mejores sitios. Un caso representativo de la inevitable subjetividad con la que se puede medir el talento es el de Manuel Echeverría, quien apareció con un solo voto (como yo) y el tipo tiene al menos tres novelas que me atrevo a calificar, tranquilamente, de perfectas.

La novela que tomaron para dicha encuesta es una publicación del 2003 si mi memoria no me traiciona; ¿es quiere decir que se ha mantenido en la memoria de algunos lectores?
Juegos de amor y malquerencia
recibió el premio nacional de novela Jorge Ibargüngoitia en 2001. Editorial Planeta la publicó en 2003, cierto, y creo que quienes la han leído han quedado satisfechos con ese experimento, por cierto, bastante ibargüengoitiano. No puedo hablar bien de mi trabajo, obviamente, pero tampoco voy a excederme en materia de modestia y decir que vale poco. Los lectores son, al final, quienes tienen la palabra definitiva, y hasta donde he podido ver se trata de un libro que los satisface porque hay allí un planteamiento lúdico, riesgoso, con el lenguaje, una visión original, creativa, de la escritura. Sin ser una obra maestra o un libro que va a estremecer al mundo, tiene los atributos mínimos suficientes para ser considerada una novela con apuesta, creo.

¿Sabes a quiénes les llegó tu propuesta literaria?
La novela caminó bien en el momento de su lanzamiento; recibí, como ya dije, varias opiniones positivas de colegas novelistas, quienes la leyeron y encontraron en ella algún valor. Ignoro quién votó por mi libro, eso no lo saben ni los organizadores, pero algo pudo notarle para considerarla una de las mejores novelas mexicanas de los recientes (que no de los últimos) treinta años.

¿Hay algún tipo de reconocimiento con esta encuesta?
El único reconocimiento es la difusión que alcanzaron los resultados de la encuesta.

¿Sabes cuántos ejemplares de este material se han vendido y sí aún hay a la venta?
Ignoro completamente esos datos; creo que se vendió bien para los parámetros de un autor provinciano y sí, sigue a la venta en la web de Planeta México y en librerías del DF, como Gandhi.

Danza, música y butaquería

En su artículo “¡Dejaron solo a Chávez!” (La Jornada, 2, junio, 07), Juan Arturo Brennan se refiere a los cinco conciertos ofrecidos por el ensamble instrumental californiano Southwest Chamber Music en las salas Nezahualcóyotl y Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario de la Ciudad de México. Con pena, Brennan comenta que las magníficas ejecuciones a varias piezas de Carlos Chávez fueron casi totalmente desairadas por el público.
En un párrafo aterrador, el crítico expone: “Con estos luminosos antecedentes, era sólo cuestión de tiempo y de lógica elemental que Southwest Chamber Music viniera a México a ofrecer ese histórico ciclo musical. Se trató, sin duda, de una de las mejores propuestas musicales de mucho tiempo, pero de nada valieron los antecedentes, los Grammys, la importancia de Chávez ni la nobleza del proyecto. ¿Cuántas personas asistieron a esta irrepetible serie musical? Concierto por concierto, en números redondos: 60, 50, 75, 50 y 150”.
No me detengo más en Brennan, pues sus palabras son tan elocuentes que provocan pena ajena. El artículo me da pie, sin embargo, a pensar un poco en los públicos que tuve la suerte de apreciar durante dos muestras artísticas ofrecidas aquí, en La Laguna, durante la semana que hoy termina. El domingo 27 de mayo se presentó en el TIM el grupo de danza contemporánea Mezquite dirigido por el maestro Jaime Hinojosa. Fueron, según el programa, “estrenos, remontajes y bailarines invitados”, y desde mi condición de lego en la materia puedo asegurar que se trató de un montaje digno para celebrar los diez años de la agrupación encabezada por Hinojosa. Presentaron seis sugerentes coreografías en las que los bailarines impusieron un toque de tensión (salvo en la quinta, más desenfadada y alegre) y tono trágico a sus movimientos. La que más me sedujo, por su música y la garra de su ejecución, fue la número tres (“La sombra de algo que fue nuestro”). El caso es que Mezquite sigue firme como la más constante agrupación de su tipo en esta parte del país, y eso alegra. Felicidades pues a Hinojosa y sus muchachos, jóvenes cada vez más seguros de su vocación y más dueños de su arte. Aquí, para volver un poco al artículo de Brennan, no hubo lleno en el TIM, pero fácilmente puedo asegurar que de público estábamos entre 150 y 200 personas.
Días después, el viernes 1 de junio, la Camerata de Coahuila tuvo presentación en el Teatro Nazas. Fue, creo, un concierto redondo dedicado íntegro a Beethoven. La nota más sobresaliente de la noche, por supuesto, fue la presentación del joven pianista Alexandre Tharaud, quien hizo alarde de sus facultades para sacar adelante el Concierto para piano No. 3 en do menor Op. 37. La andanada de aplausos ininterrumpidos lo llevó a regalar una breve pieza antes del intermedio, si no escuché mal del francés Jean-Philippe Rameau. Luego de esa extraordinaria muestra de capacidad frente al piano, la Camerata interpretó la Sinfonía No. 1 en Do Mayor Op. 21. Soy malo para calcular multitudes, pero creo haber visto entre 350 y 400 personas, o poco más, en la butaquería del Nazas.
¿Qué nos dice esto? Por supuesto, no quiero ni de broma insinuar que La Laguna tiene ya, como las grandes capitales, amplios y seguros públicos para los espectáculos artísticos, pero es digno de consideración, al menos de consideración, que una sala como la Nezahualcóyotl tenga a 50 personas de público y la Camerata en el Nazas a 300. Hay muchas variables en todo esto (la cantidad de buenos espectáculos ofrecidos al mismo tiempo, las distancias para asistir a una presentación, etcétera), pero da gusto comprobar que, tras esfuerzos de una década, la Camerata y Mezquite, por citar sólo dos emprendimientos que nos atañen, despiertan si no la pasión, sí la atención y/o la curiosidad del lagunero inquieto. Hay que seguir. A mí de da gusto que esto nos esté ocurriendo.

sábado, junio 02, 2007

Seis meses

Fui invitado para hoy a Cambios, el nuevo programa de Multimedios Canal 9. No pude asistir, pero aquí abordo, con la brevedad que me permite este espacio, cinco puntos centrales de lo realizado hasta ahora en la actual administración federal.
1. Seguridad. En definitiva, el tema de mayor importancia de la agenda nacional en el medio año que llevamos de calderonismo es el de la lucha contra la delincuencia. Sería absurdo pensar que en este lapso se ha dado algún avance, siquiera mínimo, en la desarticulación de las bandas delictivas más poderosas que operan en el país. Lejos, muy lejos de eso, la falta de organización y la carencia de una estrategia definida, así como el apetito por capitalizar mediáticamente los fatuos operativos, han provocado un agravamiento sin precedentes en el clima de violencia. Y tira a empeorar.
2. Educación. Nunca como en este sexenio recién nacido se había visto que la educación del país tuviera un dueño con nombre y apellido: Elba Esther Gordillo. Ella y el sindicato que controla, corruptísimo él, tiene secuestrada la estructura toda de la educación en México, y esto puede afirmarse no sólo por el peso nefasto del SNTE como arma de intimidación o por el control del Issste y no se diga de la subsecretaría de la SEP (en manos de un yerno estratégico). Se puede afirmar que la educación del país está bajo control gangsteril simplemente porque la Gordillo tiene atado a Calderón al menos en este rubro, y nada que tenga algo que ver con la educación será echado a andar si antes no lo palomea la Profesora.
3. Política interior. Es ingrato comprobar que en seis meses se ha endurecido el discurso del poder no tanto para ir en contra de quienes delinquen, sino para criminalizar, en un sentido demasiado laxo, a todo aquel que se manifieste en contra del actual gobierno. Muchos especialistas han advertido ya sobre el gradual proceso de fascistización que padece el país, razón por lo cual el ejército ha sido puesto en la calle para patrullar presuntamente en operativos antinarco, de todas maneras ilegales, y sobre todo para hacer “natural” su presencia por si se ofrece en otros menesteres.
4. Relaciones exteriores. Ya sin Fox, que era un chivo en cristalería cuando de relaciones externas se trataba (e internas también), la política exterior de nuestro país, dañada de gravedad en el sexenio anterior, ha avanzado en estos seis meses al menos en mesura. No pudo, ni podrá, ser Calderón un protagonista hemisférico, pero tiene al menos la contención verbal que nunca tuvo su predecesor. Algo es algo.
5. Medios. México sigue atosigado por el duopolio de la tv y por la amenaza de una ley leonina hoy, por fortuna, multicuestionada.

Inequidades e iniquidades

La más perversa iniquidad del poder televisivo se evidencia para empezar en la peculiar manera de discutir, no discutiéndola, una ley fundamental para el futuro de México. Mientras los opositores esgrimen argumentos que buscan resaltar su verdadero sesgo (es decir, el control económico y político de unos cuántos sobre la más poderosa forma de la comunicación electrónica), los medios que han sido beneficiarios del poder televiscoso emiten una versión baja en calorías y nunca, absolutamente nunca, abren foro al debate abierto sobre el tema.
Nuevamente se hace notar aquí el énfasis sartoriano sobre la capacidad de la televisión para “crear” la realidad, para inventarla a partir de lo que conviene a muy pocos intereses, a saber, en este caso, los de Azcárraga Jean, Salinas Pliego y Slim Helú. Tal es la verdad: la ley Televisa no existe en la televisión simplemente porque ella, la tv, no la ha difundido, porque no entra en la programación ningún debate plural y profundo sobre la materia. He allí, pues, la mejor evidencia de lo que está en discusión: hasta dónde permitir que unos cuantos —tres o cuatro sujetos a lo mucho— decidan sobre los contenidos de un medio que, casi no es necesario resaltarlo, influye más que ningún otro en la conciencia de millones, tanto que es el nuevo filtro por el que debe pasar cualquier realidad para de veras “existir”, para cobrar consistencia ante la ciudadanía adicta al influjo de la pantalla chica.
Quizá más que los productos y las marcas, son los políticos quienes necesitan del impacto televisivo no sólo para “existir”, sino, principalmente, para no desmoronarse e incluso para amasar más poder. No en otra plataforma se basó el sostenimiento de Fox como presidente y la llegada espuria de Calderón a Los Pinos. Impensable hubiera sido, para ellos, su condición de presidentes sin el aval de noticieros, programas de comedia y espots que con descaro o embozadamente los mantuvo en pie pese a las evidencias de incompetencia plena en un caso y de fraudulencia electoral en el otro.
Pero el poder de la tv mexicana es tanto que nadie, ni siquiera el vapuleado PRD, se puso los guantes ante el eje Azcárraga/Salinas. Porque bien mirado, todo lo que critique, por ejemplo, Televisa, puede ser usado en su contra: si habla de antidemocracia, ningún medio lo es más que el de Azcárraga. Si habla de mala educación, ningún medio ha dañado tanto al país en esa materia. Si habla de fanatismo religioso, ninguno se ha aprovechado tanto del catolicismo mayoritario y con exclusión de todos los demás credos. En fin. Si la ley Televisa no se discute a fondo y pluralmente en la tv, es por algo, lo peor.