viernes, noviembre 16, 2007

Dengue

El domingo 4 de noviembre a mediodía sentí que me sucedía algo raro. Empecé con un escalofrío, y de golpe sobrevino una fiebre molestísima que me provocó debilidad, sueño, alucinaciones y dolor en todo el esqueleto. Yo no lo sabía, pero era dengue, una enfermedad asquerosa. El miércoles 7 apenas pude enviar mi columna en forma de telegrama (aparece aquí abajo) y de plano ya no pude seguir con mis entregas a La Opinión para los días 8, 9, 10 y 11. Por primera vez en tres años, mi columna no salió. Luego, el miércoles 14, reanudé mi aparición en el periódico, pero traigo la cabeza todavía golpeada, me siento débil y ando a rastras, agobiado. Espero salir pronto de todo esto, pues viene el cierre del año y todavía hay muchas ollas en la lumbre.